A menos de un mes de que finalice el proceso de regularización de inmigrantes ha quedado patente que está siendo un absoluto fracaso. Tan sólo unos 400.000 ilegales han solicitado acogerse al proceso, la mitad de lo que preveía el Gobierno. Por ello, en la recta final de la regularización, el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, ha decido suprimir uno de los principales requisitos: la obligatoriedad de estar empadronado antes del 8 de agosto de 2004.
[LibertadDigital]
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