Lo que no noscuentan sobre la recuperación

Empleo, el hermano pobre de la recuperación
Bien. Algo hemos avanzado. Por fin existe un mínimo consenso sobre las prioridades económicas. Y el problema del paro está en lo más alto de la pirámide. Gobierno, Oposición, FMI, Unión Europea.
Todos de acuerdo:
reducir el desempleo, en especial el juvenil, debe ser el objetivo principal. Ya era hora. Habrá dinero de la UE, pero Bruselas sigue pidiendo reformas a España. No se acaba de fiar. No tiene ninguna certeza de que ese dinero sirva de mucho si no cambia el modelo. “Este Gobierno tiene un problema: son buenos administradores, pero ninguno ha tenido que pagar una nómina en su vida, empezando por Rajoy. Saben dónde está el norte, pero no aceleran. Van al 50% de la velocidad de crucero que necesita el país”.

Sistema "pervertido"

La reflexión corresponde a una destacada empresaria, que opina sobre lo que falta por hacer: “Lo único importante que se ha hecho es la descentralización de la negociación colectiva. Poco más. Tenemos un sistema que ha pervertido a las personas. En los países con menos desempleo de Europa la gente empieza a buscar trabajo al día siguiente de quedarse en paro. En España, un par de meses antes de que se termine la prestación. Es un sistema anti estímulo. En Alemania te quitan la prestación si rechazas tres veces un puesto de trabajo. Aunque sea a 60 kilómetros de tu casa. Aquí no existe ese riesgo. Además, mientras despedir a un fijo cueste un 33 por ciento más, de media, que a un eventual, no vamos a crear empleo estable en la vida”.


Esta es una opinión muy compartida por los empresarios españoles. El último barómetro elaborado por Deloitte para El País confirma que los que lo tienen que crear no confían en que bhaya recuperación consistente del empleo en 2014. Aunque un 65% de las empresas consultadas prevé ganar más dinero en este ejercicio, sólo el 31% afirma que el dato del paro mejorará a corto plazo. Y es que los empresarios dicen haber aprendido la lección: “Sigue sin circular el crédito. Los bancos han recibido préstamos del Banco Central Europeo al 0% y no lo han usado para irrigar la economía real, sino para comprar deuda pública a 10 años y al 4% de interés”, confirma nuestra interlocutora. “No es que no haya dinero, es que los bancos piden garantías –incluso personales- que antes no pedían y que la mayoría de los empresarios no pueden aceptar. Y mientras el grifo del crédito siga cerrado, los empresarios no van a contratar”. Sin entrar en el fondo de la cuestión, el resumen que hace la empresaria es confirmado indirectamente por un alto directivo de la banca al frente del departamento de Riesgos: “La recuperación es muy débil. Y seguirá siendo débil mientras sigamos con un 25-26% de paro. Aunque crezcamos al 1% este año. Hay miles de millones en los bancos para crédito a las pymes y a las pequeñas empresas (las que facturan un máximo de 6 millones de euros al año); pero nadie los quiere”. “Siguen sin creernos; con la prima de riesgo a 600 o a 200. El paro es nuestra losa, porque se come ingentes recursos y convierte en poco fiable nuestra capacidad de recuperación”, mantiene el directivo.

Detrás de Zambia

Ambos tienen su parte de razón. La política de la UE ha consistido en primar la estabilización del negocio bancario, en la convicción de que una crisis de la banca europea mucho más aguda que la vivida habría sido letal para el resto de la economía. Son Bruselas y Frankfurt los que siguen exigiendo a la banca española mayor “calidad” del crédito para superar las pruebas de solvencia, lo que frena la concesión de créditos a empresas y particulares. Al mismo tiempo exigen reformas en el mercado laboral para rebajar el nivel de desempleo.


Se pide el esfuerzo político a los gobiernos y el económico a las empresas. Pero los bancos siguen en estado de blindaje. Son el hijo predilecto. Préstamos del BCE al 0% con retorno asegurado al 4%. Mientras, al empresario se le exigen garantías inasumibles para financiar el circulante o renovar una póliza. “Bastante hace con no despedir a más gente”, dice la empresaria. Recupero el que se ha convertido en uno de mis libros de cabecera: Los siete pecados capitales de la economía española. De la euforia al rescate (Ediciones Nobel), de Aurelio Martínez y Vicente Juan Pallaró: "(...) Estamos en el puesto 136, detrás de Zambia, en el informe del Banco Mundial que mide el nivel de facilidad o dificultad existente en un país a la hora de crear empresas"; "Un problema aún mayor es el de la distancia creciente entre la formación recibida por los jóvenes españoles y los requerimientos del mercado laboral"; nuestra inversión en investigación es la cuarta parte de la de Israel. Por lo demás, todo bien: el crédito, inaccesible (“Nos pasamos la mitad del tiempo intentando colocar créditos a quienes no los necesitan y la otra mitad negándoselos a quienes los necesitan”, me comentaba no hace mucho otro directivo de la banca); el Gobierno se distrae con la contrarreforma del aborto pero no se atreve a meterle mano en serio al mercado laboral; Europa sigue sin fiarse. ¿De verdad vamos por el buen camino?
Zoomnews

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