Las proyecciones de población para Asturias de la Oficina de Estadística de la Unión Europea (Eurostat) para el periodo 2004-2030 contemplan la llegada de unos 35.000 emigrantes extranjeros en estos veintiséis años. Los datos de Eurostat, que parten de las tendencias actuales en los países de la UE, atribuyen al Principado y al País Vasco la tasa más baja de España en cuanto a recepción de emigración internacional: 1,3 personas por cada 1.000 habitantes.
El, en estos momentos, escaso atractivo de Asturias como destino de los inmigrantes que buscan labrarse un futuro en España unido a la baja tasa de natalidad de la región lleva a unos pronósticos nada halagüeños en cuanto a la supervivencia de su estructura económica. Un reciente estudio del catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona Josep Oliver estimaba en unos 100.000 trabajadores extranjeros las necesidades de Asturias en el horizonte del 2020 para el sostenimiento de la sociedad asturiana.
Si todo sigue como en la actualidad en cuanto a las características de su población, Asturias está muy lejos de garantizar su futuro económico y demográfico, puesto que los 100.000 emigrantes en edad de trabajar de que habla Oliver en un plazo de diez o doce años es muy superior a los 35.000 que prevé Eurostat teniendo en cuenta que se refiere a emigración en general --sin distinción de edad-- y a más largo plazo: el año 2030.
Y es que para Eurostat y sus estimaciones para el periodo 2004-2030 Asturias junto con Dessau (Alemania) serán las regiones de la UE que tienen la tasa de nacimientos más baja: 5,6 y. 5,2 por cada mil habitantes respectivamente. Si a los pocos nacimientos y a la alta tasa de mortalidad derivada de una población envejecida, se suma que la región no es foco de atracción de población extranjera, el resultado es una despoblación que los cálculos de Eurostat auguran una Asturias con poco más de 900.000 habitantes en 2030.
De ahí que expertos como el sociólogo Francisco Llera y el economista Josep Oliver adviertan de que es necesario tomar medidas desde el ámbito de las Administraciones para que se invierta la
tendencia. Actuaciones que tendrían que ver con una redefinición del modelo económico para generar actividades que atraigan población y, por otro, políticas de apoyo a las familias entre las que estarían las ayudas directas a la natalidad.
Según las proyecciones de Erostat, Baleares y Madrid serían las comunidades autónomas con mayor población extranjera: 6 y 5,4 personas por cada mil habitantes, una de las más altas de la UE. De ahí que a nivel nacional España es de los país que incrementarán población gracias a la emigración.
La migración interior, los movimientos de los ciudadanos españoles que desde otras comunidades se asienten en Asturias, tampoco ayudará mucho a la estructura de población puesto que permanecería casi invariable: solo un 0,2 personas por cada mil habitantes. Madrid
perdería 5 ciudadanos por cada mil habitantes que irían a otras regiones. [lavozdeasturias.es]
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