Sin duda, el racismo y la xenofobia de Europa contra los extranjeros es cada vez más alarmante. Es elocuente el caso de Suiza donde el partido mayoritario, la Unión Democrática de Centro (UDC), ha puesto en marcha una “ Iniciativa popular para la expulsión de los extranjeros criminales”. Un vistazo al cartel nos puede hacer una idea de cómo se actúa desde los que se autodenominan de centro. El texto afirma textualmente:
Queridos suizos, queridas suizas,
No hay país en el mundo en el que vivan tantos extranjeros como en Suiza. Si bien la mayor parte de éstos respetan nuestras leyes, hay un número demasiado alto de extranjeros que abusan de nuestra hospitalidad. Cometen delitos graves, amenazan nuestras propiedades e incluso nuestra integridad física y nuestra vida.
He aquí los hechos: (y a continuación ofrecen datos estadísticos de delitos con la participación de extranjeros)
Gracias a esta iniciativa popular nosotros podremos por fin expulsar sistemáticamente a los extranjeros que cometan crímenes graves en nuestro país. Nosotros protegeremos así la seguridad de niños, mujeres y hombres.
Pero lo que supone un claro mensaje racista es el uso de dibujos de ovejas que expulsan a una cuya diferencia con las otras es ser negra.
De hecho Suiza es el país de Europa que impone condiciones más restrictivas para obtener la residencia. Los extranjeros deben residir legalmente doce años en el país para conseguir la naturalización y el haber nacido no es razón suficiente para lograr la nacionalidad, se prioriza el origen nacional de los padres.
El sistema racista se consolida mediante el formato de voto popular a mano alzada en la comunidad para decidir quien merece la nacionalidad o no. El vicepresidente de la Comisión Federal contra el Racismo, Boël Sambuc, afirmó que "este método es democrático, pero aumenta el riesgo de racismo y xenofobia". "Es en estos casos cuando el carácter discriminatorio y racista se hace evidente", según comentó el presidente de la Comisión, Georg Kreis. En su opinión, es imposible que un africano, un musulmán o alguien proveniente de los Balcanes pueda obtener la ciudadanía por este método, dado que "los prejuicios se amplifican". Seguro que campañas como esta, ayudan a que menos manos se levanten a favor de aceptar a esos emigrantes.
Según un informe hecho público ayer por la Comisión Federal suiza contra el Racismo, las actuales condiciones para la obtención de la nacionalidad helvética son "arbitrarias y discriminatorias". La Comisión pide "transparencia y derecho de apelación" en caso de que la demanda de ciudadanía sea denegada, ya que los inmigrantes de la ex Yugoslavia, Balcanes, musulmanes en general y subsaharianos son los mayores damnificados por la dureza de las leyes de nacionalización. De hecho, Suiza impone las condiciones más restrictivas de Europa a los que aspiran a su pasaporte. Éstos deben residir legalmente 12 años en el país antes de poder comenzar los procedimientos de naturalización. Igualmente, nacer en Suiza no da derecho automático a la nacionalidad, dado que en este país lo que prima es el origen nacional de los padres. Esta política es conocida como ius sanguis o derecho de sangre.
Otra característica única del sistema helvético es la votación popular para decidir quién tiene o no derecho al pasaporte suizo, tradición que persiste aún en algunas comunidades de habla alemana y que consiste en un voto a mano alzada en el que la comunidad en pleno decide si el candidato extranjero merece o no la nacionalidad.
Según la Comisión Federal, se impone que la decisión sobre las nacionalizaciones sea normalizada y recaiga en "un órgano ejecutivo electo", así como que los rechazos "sean justificados" y las condiciones para la obtención del pasaporte "se sometan a criterios precisos". Pero es más que previsible que estas recomendaciones se encuentren con una dura oposición popular, en particular ante las elecciones del 21 de octubre, que tienen casi como tema central la cuestión de los extranjeros.
Fuente: rebelion.org
4 Comentarios
te lo dice una española, estudiante de Derecho