El Reino Unido ocupó el noveno lugar en materia de integración.
En general los países comunitarios no están haciendo todo lo que realmente podrían hacer, afirman los investigadores del Índice de Integración de Políticas de Migración.
El estudio sobre las diversas políticas que se aplican en el continente evalúa los países de acuerdo a factores clave que afectan la vida de los inmigrantes.
Entre los indicadores están los derechos en el lugar de trabajo, oportunidades para asentarse de manera permanente, permiso para traer a sus familias, y leyes para combatir el racismo y los prejuicios.
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Arriba y abajo
El Índice es producido por un consorcio de 28 organizaciones europeas encabezadas por el Consejo Británico y el Grupo de Políticas de Migración de Bruselas.
Los inmigrantes consideran que es muy difícil hallar trabajo en el Reino Unido.
El estudio encontró que sólo Suecia obtuvo un puntaje suficientemente alto como para ser clasificada una nación enteramente favorable a la promoción de la integración.
Sin embargo, pierde ese primer lugar cuando se trata de leyes que faciliten la permanencia a los inmigrantes por largo tiempo.
Muchos países tienen políticas loables en algunas áreas, pero en otras definitivamente fracasan.
Por ejemplo: los inmigrantes le dan un quinto lugar a Gran Bretaña cuando se trata de establecer dónde se puede vivir más fácilmente de manera legal y obtener la residencia y la nacionalidad de manera más expedita.
Pero le dan el noveno lugar cuando se habla de encontrar trabajo y de participar en el proceso político.
El estudio indica que el 65% de los británicos considera que los 3,5 millones de inmigrantes que hay en el país enriquecen su cultura.
Dos caras, una moneda
Los países de la Unión Europea no están haciendo todo lo que podrían hacer.
Sin embargo, los encuestados indicaron que es muy difícil traer sus familias al Reino Unido, y en este aspecto le dan un noveno lugar, por debajo de Suecia, Portugal, Bélgica, Países Bajos, Finlandia, Canadá, Italia y Noruega.
Al Reino Unido tampoco le va bien en cuanto a la lucha contra la discriminación y el racismo, y en esta materia ocupó el puesto número 11.
Aunque Suecia quedó bien calificada, incluso en ese país las cosas están lejos de ser perfectas para los recién llegados.
Anastasi Lundqvist, de Kirguistán, llegó a establecerse en Estocolmo en el 2001.
"La imagen de Suecia es la de un país donde existen la igualdad de derechos y de oportunidades, y debo decir que al comienzo me fascinó".
"Pero luego me di cuenta de que existe un gran abismo entre la retórica y la vida real. Lo único que yo deseo es ser tratada como un individuo y no como alguien con cierto origen étnico", dijo Anastasi.
Incertidumbre
Brimah Conteh, quien dirige en Francia la organización de derechos humanos, Diaspora Afrique, dijo a la BBC cómo se sintió con la incertidumbre inicial sobre su propio estatus migratorio, cuya solución se demoró más de un año en resolverse.
La policía en Gran Bretaña dice que es difícil lidar con el gran flujo de inmigrantes.
"Por supuesto esto tiene un impacto psicológico tremendo. Uno se siente como si no fuera un ser humano."
"En la calle uno está asustado y con miedo de que la policía lo interrogue y lo devuelvan al país, y que todos sus sueños y proyectos queden hechos trizas, y que uno quede de nuevo en ceros", dijo Conteh.
El director ejecutivo del Consejo Británico, Martin Davidson, dijo que esperaba que el informe permitiera "una discusión amplia, mayor entendimiento y una acción más efectiva".
Según Davidson, la inmigración es uno de los asuntos claves que enfrenta Europa, junto con otros temas complejos como la identidad de los diferentes grupos étnicos, y la expresión religiosa en las sociedades laicas del continente.
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