Ante la actual coyuntura de empleo que se vive a nivel mundial, los convocantes de “Un día sin inmigrantes en Europa” han decidido reorientar el interés que esta iniciativa ha suscitado hacia una campaña impactante, que pretende, de igual manera, llamar la atención sobre los efectos nocivos del racismo y la xenofobia. La iniciativa, titulada “Todos somos inmigrantes, ponte el brazalete”, consiste en que cada viernes, a partir del próximo equinoccio de primavera (20 de marzo, una jornada antes del Día Internacional contra el Racismo), los inmigrantes y personas sensibles al tema migratorio utilicen un brazalete identificativo con un símbolo de la Inmigración. La campaña, que nace de la ciudadanía y es abierta a todo el que se quiera sumar, se extenderá hasta un viernes antes de iniciar el solsticio de verano (20 de junio). Con ella se pretende recordar una época en la que la xenofobia y el racismo se convirtieron en política de Estado.
Ponte el brazalete para protestar
1- Contra la política persecutoria hacia los indocumentados y las redadas policiales para cumplir con los cupos en las comisarías.
2- Contra el anteproyecto de Ley que prevé penalizar la acogida de inmigrantes.
3- Contra el recorte de las ayudas a proyectos de acogida y atención de inmigrantes.
4- Contra la criminalización de los inmigrantes y los discursos xenófobos.
Logo:
La imagen, que refleja dos golondrinas -ave migratoria por excelencia- volando en sentido contrario sobre una i -letra inicial de la palabra inmigrante en la mayoría de idiomas europeos-, se puede descargar de todas las páginas webs que se sumen a la iniciativa, como www.tribunalatina.com o www.canallatino.tv. Se puede imprimir en diferentes tamaños para recortarla y pegarla al brazalete. También se encuentra en alta resolución para estampar en camisetas o afiches. La imagen es diseño de El Tomi.
A tener en cuenta
La Unión Europea nos atrajo con su imagen de bienestar, con su necesidad de mano de obra y de incremento demográfico. Con nuestro trabajo hemos ayudado a construir la prosperidad de sus países. Hemos intentado formar parte de sus sociedades. Sin embargo, el declive de la economía mundial ha disparado las alarmas. Ahora no parecemos tan necesarios. Los discursos xenófobos se reproducen en varios países de Europa y los 'sin papeles' son perseguidos como delincuentes.
A lo largo del siglo pasado miles de europeos emigraron a otras tierras en busca de bienestar. Hoy, muchos de sus hijos y nietos vuelven en busca de oportunidades. La historia se devuelve, porque somos aves migratorias, golondrinas que surcan una y otra vez el cielo en busca de ventura. Hoy aquí, mañana allá.
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