Se veía venir, ya hay pugna por el empleo entre españoles e inmigrantes. La prensa internacional lleva varios días recogiendo este problema, sobre todo en Andalucía, que tiene un paro de más del 20%.
La crisis va a desatar la xenofobia, y el lema de "los españoles primero", se va a empezar a utilizar de modo recurrente.
Con 3,5 millones de parados y perspectivas de terminar este año con 4 millones de desempleados la disputa por el empleo entre nacionales y extranjeros está servida. ¿Dónde está el ministro Caldera y sus papeles para todos ?, ¿qué queda de su generosa regularización? La economía se ha dado la vuelta y ahora lo que sobran son inmigrantes por todas partes.
El ministro Corbacho tiene una papeleta muy fea con el paro pero la inmigración es también una patata caliente, y por mucho que repita "en España no cabe un inmigrante más", no va a repatriar a casi nadie, porque no ofrece medidas generosas, ni sabe lo que le espera como empiece la xenofobia laboral.
El problema está brotando especialmente en Andalucía, donde la gente que se fue a la construcción se ha quedado sin empleo y ha vuelto al campo, ahora quieren los empleos temporales que dejaron a los inmigrantes. La tensión está subiendo en algunas zonas como Huelva, donde la recogida de la fresa necesita mucha mano de obra.
Llegan noticias de que los parados españoles exigen a los alcaldes y a los empresarios agrícolas que les den el trabajo a ellos y que los inmigrantes se larguen por donde han venido.
En cuestión de días empieza la campaña del albaricoque y otras frutas de primavera en otras regiones de España y llegan noticias inquietantes de que los parados locales piensan como los andaluces, trabajo para ellos y los extranjeros que cojan billete de vuelta.
La prensa internacional se pregunta con sorna, ¿qué fue de la permisividad española? Ahora, o se organiza un retorno de inmigrantes en serio o cierran el grifo de la inmigración drásticamente. Es lo que opinan.
Ahora se entiende las diarias redadas de la policía en busca de inmigrantes sin papeles. Rubalcaba, ministro del Interior, lo niega, pero lo está haciendo, y tiene pinta de que esta política va a ir a más.
PD) No hay dinero para hacer la reconversión de las cajas de ahorro con problemas. Ahora el Estado descubre que el FGDC (Fondo de Garantía de Depósitos de Cajas) no tiene dinero suficiente para reflotar las entidades dañadas. Al final, papá Estado tendrá que comprar las emisiones de deuda perpetua que hagan las cajas para financiar las fusiones.
Deberían pagar las fusiones las autonomías, que tanto les gusta mangonear y colocar a políticos en las cajas, pero con la crisis se les han caído los ingresos y no están por labor. Mangonear sí, poner dinero no. Muy bonito.
MIGUEL CIFUENTES
PERIODISTA
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