Felipe Cheng, peruano de padre chino, ha vivido en España su sueño dorado. Llegó en la primera oleada de inmigrantes peruanos, a mediados de los 90, y sus hijos han nacido en España. A su mujer, española, y a él no le ha faltado trabajo en prácticamente tres quinquenios. Sin embargo, los dos perdieron su trabajo en el nefasto 2008. Al hogar de los Cheng, gracias a los dos sueldos, llegaban 3.500 euros mensuales. Eso les permitió hipotecarse. Ahora, sin empleo, todavía deben 125.000 euros al banco. Ellos vieron como las entidades les abrían todas las puertas y llegaron a pensar que El Dorado estaba muy cerca de Madrid. Ahora quieren regresar a Lima, desde donde los conquistadores Francisco de Orellana y Gonzalo Pizarro partieron para buscar El Dorado de la leyenda.
Los extranjeros en España han pasado de héroes a villanos en un tiempo récord y se han convertido en las víctimas propiciatorias de la crisis económica y laboral.
El colectivo, de 5,2 millones de personas, cuenta con una tasa de paro que duplica la media del mercado de trabajo y ha comenzado a sufrir el fenómeno de la morosidad. La banca ha dejado de apostar por los inmigrantes, cuando hace solamente unos meses eran uno de sus clientes preferentes.
La recesión económica está ejerciendo una labor implacable con los inmigrantes. El proceso de destrucción de empleo se ha comportado con una mayor virulencia en el segmento de empleados extranjeros que en la población española. La tasa de paro de los inmigrantes sobre la población activa extranjera alcanzó el 21,3% a finales del pasado año, casi el doble que la tasa de paro de todo el mercado español.
Los 800.000 inmigrantes, como los dos miembros adultos de la familia Cheng, que se quedaron en la calle el año pasado respecto a los más de tres millones que se encuentran en España han disparado los impagos a las entidades financieras.
“Durante los años 2006 y 2007 ha habido entidades de crédito que han realizado operaciones de financiación a inmigrantes recién llegados a España que carecían de cualquiera de los mecanismos de seguridad tradicionales”, comenta un analista del mercado bancario.
La gran mayoría de los inmigrantes que han llegado a España en los últimos años han aterrizado en el sector de la construcción, el más castigado por la crisis económica. “Pero que nadie olvide que los inmigrantes son los mejor preparados para superar cualquier inconveniente laboral, ya que pueden marcharse a trabajar al campo o a la Costa del Sol, al no tener ningún inconveniente para la movilidad laboral”, asegura el consultor de una empresa de trabajo temporal.
La crisis económica que vive España afecta de forma directa a muchos hogares a miles de kilómetros de distancia. Y es que, por primera vez en muchos años, los envíos de remesas de dinero realizados por los inmigrantes a sus países de origen han registrado un descenso del 7,16% , hasta descender al nivel de los 7.840 millones de euros en todo el año pasado. En el último trimestre del pasado año, se produjo el envío más reducido en nueve trimestres.
Escenario
El nuevo escenario sobre el que se desenvuelve la población inmigrante ya ha tenido consecuencias en el mercado bancario. Dinero Express, filial del BBVA creada para captar clientes extranjeros y realizar envíos de remesas, va a proceder a una reducción drástica de su red desde 145 oficinas hasta 30. Banesto, por su parte, ya ha vendido su filial de remesas Cambio Sol a MoneyGram.
El envío de remesas de divisas siempre ha sido un negocio para las entidades financieras. Existen empresas que por un envío de 22.000 dólares cobran una comisión de 1.000, lo que equivale al 5% . ¿Será la subida de comisiones la alternativa al descenso de los envíos?
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