Según la Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI) para 2007 el 56% de los inmigrantes que llegaron a España estaban trabajando en su país de origen en el momento de la partida. Este dato desmonta los argumentos de muchas ONGs que acudían a la sensiblería para justificar el absoluto descontrol en la entrada de inmigrantes y la concesión masiva e indiscriminada de permisos de residencia a ilegales, bajo la teoría de que carecían de medios de subsistencia en sus países y por ello necesitaban de nuestra solidaridad.
Cuando de sobra eran conocidas las informaciones sobre las cantidades que las mafias dedicadas al tráfico de personas cobraban por introducir ilegales en España (de entre 2000 a 3000 euros) era más que evidente que no eran precisamente los más necesitados aquellos que violaban nuestra leyes para buscar trabajo en España. Los más pobres, los más necesitados de esa solidaridad tan cacareada, realmente se quedaban en sus países porque no podían costearse la aventura de entrar ilegalmente en Europa.
La encuesta realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid y el Ministerio de Trabajo e Inmigración, desmonta el mito de los motivos de la inmigración ilegal. Los ilegales no llegan porque en sus países no tengan manera de subsistir. Según el estudio, los motivos por los que deciden venir a nuestro país destacan una mayor calidad de vida y la búsqueda de un empleo mejor. Desde luego unos motivos legítimos para emigrar, pero con un ligero matiz que la progresía y ciertos intereses empresariales parecen intentar que olvidemos: siempre y cuando respeten la legislación del país de acogida, incluida aquella que regula las condiciones de entrada y residencia.
Nuevamente el sentido común aconseja, frente a la permisividad suicida que ha imperado hasta ahora, que los flujos migratorios se controlen estrictamente y la contratación se realice sólo en origen, dando oportunidades así a los auténticamente más necesitados, evitando tragedias como las del paso del estrecho, que las mafias se aprovechen de los inmigrantes y que accedan a Europa sólo aquellos dispuestos a integrarse en nuestra sociedad y cultura, evitando la amenaza de la delincuencia y el terrorismo. Minutodigital.com
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