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Junto a José Manuel Durão Barroso, Presidente de la Comisión Europea, José Luis Rodríguez Zapatero, Presidente del Gobierno español, subrayó en Madrid que ese es un derecho del que también deben gozar los inmigrantes ilegales, haciendo así referencia a la polémica surgida en España por la decisión de distintos municipios, como Vic, en Cataluña, o Torrejón de Ardoz, en Madrid, de negar el empadronamiento de extranjeros en situación irregular.
Para los inmigrantes, eso supone privarlos del derecho a recibir asistencia sanitaria o de escolarizar a sus hijos en esas localidades.
"La lucha contra la exclusión social no responde solamente a un paradigma ético, también a una arraigada y certera convicción", enfatizó el líder socialista. La UE, manifestó, está basada en un modelo propio de bienestar social que contempla "políticas universales para todas las personas", es decir, sanidad y educación gratuitas así como seguridad social.
Durão Barroso calificó, por su parte, de "intolerables" las cifras de pobreza en Europa, que asciende al 16% de su población y afecta, por lo tanto, a unas 80 millones de personas en los 27 países de la UE.
Movilización general
"Sólo con opciones ambiciosas podemos los europeos salir reforzados de la crisis", indicó Durao Barroso, al tiempo que reclamó el compromiso de todos los países para reducir el riesgo de exclusión social.
En este sentido, exhortó a la "movilización general" de todos los europeos para acabar con "la verguenza de la pobreza".
Zapatero reconoció que las consecuencias de la grave crisis económica que mantiene atenazada a Europa se sentirán "durante bastante tiempo".
La presidencia española de la UE apoyará por ello, dijo, las iniciativas de la Comisión Europea para desarrollar la agenda social europea, mejorar las políticas activas de empleo e impulsar programas de inclusión activa que combinen el apoyo a las rentas mínimas con la vinculación al mercado laboral.
"Europa es, ante todo, un proyecto de convivencia y solidaridad entre generaciones, regiones, países y personas más o menos vulnerables. Esa es su fuerza y su sentido y así va a seguir siendo en los buenos tiempos y en los tiempos de dificultades", concluyó.
Mayor compromiso
Las declaraciones de Barroso y Zapatero se unen a las de numerosas figuras comunitarias. Vladimír Spidla, Comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Igualdad de Oportunidades, declaró: "Una de cada seis personas en Europa tiene que luchar permanentemente por llegar a fin de mes, pero la pobreza puede afectarnos a todos nosotros, y a nuestras sociedades en su conjunto. Mientras que la mayor parte de los instrumentos para combatir la pobreza son de índole nacional, tres cuartas partes de los europeos también esperan que la UE preste su ayuda. El Año Europeo coloca este asunto entre nuestras prioridades, para que toda Europa aúne esfuerzos en su lucha contra la pobreza y la exclusión social".
Por su parte, el ex presidente español, Felipe González, dijo que la pobreza y la exclusión social sólo se pueden abordar teniendo una economía "que añada valor" y destacó que para países emergentes como Brasil o China y para otros ya desarrollados como Estados Unidos, el modelo europeo de sostenibilidad económica "es un referente", aunque admitió que ahora mismo, cuando "aprieta mucho la crisis", hay "problemas estructurales enquistados" en él.
Casi 80 millones de europeos un 17% de la población de la UE viven actualmente por debajo del umbral de la pobreza. Este hecho alarmante ha tenido un gran eco en la opinión pública, según una reciente encuesta del Eurobarómetro sobre actitudes ante la pobreza.
La inmensa mayoría de los europeos (un 73%) considera que la pobreza es un problema generalizado en su país, mientras que el 89% desea que sus gobiernos tomen medidas urgentes para subsanar el problema. Si bien la mayoría cree que es su gobierno el que debe hacerlo, un 74% de los ciudadanos también espera que la UE desempeñe un papel importante.
El Año Europeo 2010 tiene por finalidad aumentar la sensibilización de los principales agentes, como gobiernos e interlocutores sociales, y del público en general acerca de las causas y las consecuencias de la pobreza en Europa.
Junto a José Manuel Durão Barroso, Presidente de la Comisión Europea, José Luis Rodríguez Zapatero, Presidente del Gobierno español, subrayó en Madrid que ese es un derecho del que también deben gozar los inmigrantes ilegales, haciendo así referencia a la polémica surgida en España por la decisión de distintos municipios, como Vic, en Cataluña, o Torrejón de Ardoz, en Madrid, de negar el empadronamiento de extranjeros en situación irregular.
Para los inmigrantes, eso supone privarlos del derecho a recibir asistencia sanitaria o de escolarizar a sus hijos en esas localidades.
"La lucha contra la exclusión social no responde solamente a un paradigma ético, también a una arraigada y certera convicción", enfatizó el líder socialista. La UE, manifestó, está basada en un modelo propio de bienestar social que contempla "políticas universales para todas las personas", es decir, sanidad y educación gratuitas así como seguridad social.
Durão Barroso calificó, por su parte, de "intolerables" las cifras de pobreza en Europa, que asciende al 16% de su población y afecta, por lo tanto, a unas 80 millones de personas en los 27 países de la UE.
Movilización general
"Sólo con opciones ambiciosas podemos los europeos salir reforzados de la crisis", indicó Durao Barroso, al tiempo que reclamó el compromiso de todos los países para reducir el riesgo de exclusión social.
En este sentido, exhortó a la "movilización general" de todos los europeos para acabar con "la verguenza de la pobreza".
Zapatero reconoció que las consecuencias de la grave crisis económica que mantiene atenazada a Europa se sentirán "durante bastante tiempo".
La presidencia española de la UE apoyará por ello, dijo, las iniciativas de la Comisión Europea para desarrollar la agenda social europea, mejorar las políticas activas de empleo e impulsar programas de inclusión activa que combinen el apoyo a las rentas mínimas con la vinculación al mercado laboral.
"Europa es, ante todo, un proyecto de convivencia y solidaridad entre generaciones, regiones, países y personas más o menos vulnerables. Esa es su fuerza y su sentido y así va a seguir siendo en los buenos tiempos y en los tiempos de dificultades", concluyó.
Mayor compromiso
Las declaraciones de Barroso y Zapatero se unen a las de numerosas figuras comunitarias. Vladimír Spidla, Comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Igualdad de Oportunidades, declaró: "Una de cada seis personas en Europa tiene que luchar permanentemente por llegar a fin de mes, pero la pobreza puede afectarnos a todos nosotros, y a nuestras sociedades en su conjunto. Mientras que la mayor parte de los instrumentos para combatir la pobreza son de índole nacional, tres cuartas partes de los europeos también esperan que la UE preste su ayuda. El Año Europeo coloca este asunto entre nuestras prioridades, para que toda Europa aúne esfuerzos en su lucha contra la pobreza y la exclusión social".
Por su parte, el ex presidente español, Felipe González, dijo que la pobreza y la exclusión social sólo se pueden abordar teniendo una economía "que añada valor" y destacó que para países emergentes como Brasil o China y para otros ya desarrollados como Estados Unidos, el modelo europeo de sostenibilidad económica "es un referente", aunque admitió que ahora mismo, cuando "aprieta mucho la crisis", hay "problemas estructurales enquistados" en él.
Casi 80 millones de europeos un 17% de la población de la UE viven actualmente por debajo del umbral de la pobreza. Este hecho alarmante ha tenido un gran eco en la opinión pública, según una reciente encuesta del Eurobarómetro sobre actitudes ante la pobreza.
La inmensa mayoría de los europeos (un 73%) considera que la pobreza es un problema generalizado en su país, mientras que el 89% desea que sus gobiernos tomen medidas urgentes para subsanar el problema. Si bien la mayoría cree que es su gobierno el que debe hacerlo, un 74% de los ciudadanos también espera que la UE desempeñe un papel importante.
El Año Europeo 2010 tiene por finalidad aumentar la sensibilización de los principales agentes, como gobiernos e interlocutores sociales, y del público en general acerca de las causas y las consecuencias de la pobreza en Europa.
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