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España se ha convertido en los últimos años en uno de los mayores receptores mundiales de inmigrantes. Eran los tiempos de bonanza en que el mercado laboral estaba ávido de más y más mano de obra. España se ha despertado del sueño del milagro español... y la inmigración también. La crisis ha frenado las llegadas de inmigrantes en los dos últimos años. Y la tendencia amenaza con agudizarse: los flujos de llegada podrían prácticamente desaparecer por completo en el año 2014.
La recesión y la ausencia de oportunidades de trabajo que ofrece hoy por hoy nuestra economía desaniman al inmigrante a elegir España como país de destino. Los datos del último padrón revelan que en 2009 la población extranjera sumó 330.000 nuevos individuos, hasta alcanzar los 5,6 millones. El contingente crecía así un 7% el año pasado, el menor incremento desde 1992. Y, según el Ministerio del Interior, las llegadas de sin papeles descendieron un 46% en 2009 respecto al año anterior y en un 80% en relación a 2006, un año de salida masiva de pateras.
Un desempleo disparado orientará los flujos de inmigración hacia otros países: España podría recibir sólo 3.000 extranjeros en 2014
Siguen viniendo, pero muchos menos. Según un estudio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), las malas perspectivas que ofrece la economía española va a convertir estos descensos en tendencia continuada, y cada vez más agudizada. El informe recoge unas detalladas estimaciones de llegadas de inmigrantes para los próximos años. Los ritmos serán claramente menguantes: este año llegarán 285.000 nuevos inmigrantes; serán 203.000 los recién llegados en 2011; 128.000 en 2012; 61.000 en 2013... Y en 2014 la recepción de inmigrantes queda prácticamente en nada, con sólo 3.000 nuevos extranjeros.
Del boom a la nada
"Se va a producir un descenso notable en el ritmo de llegada de inmigrantes en el periodo 2009-2014. La reducción puede resultar tan significativa que, al finalizar el periodo de referencia, la llegada de inmigrantes puede ser prácticamente nula", señalan los autores del estudio, los investigadores Mario Alloza, Brindusa Anghel y Pablo Vázquez. "El factor que está incidiendo en esos resultados es el pésimo panorama que los organismos internacionales perfilan para la economía española, y que elimina buena parte del atractivo de nuestro país como foco de acogida". Con el mercado de trabajo español en punto muerto (o marcha atrás), los flujos migratorios se están redireccionando a otras economías ya en recuperación.
Las llegadas de las principales nacionalidades caerán entre un 10% (Ecuador) y un 60% (Rumanía o Marruecos). Pero la inmigración volverá a crecer cuando se recupere el mercado laboral
El estudio (el primero que aplica para España un patrón empírico que permite predecir el stock y el flujo de inmigrantes) se basa en un modelo econométrico que compara diversas variables de España y de los principales países de origen de nuestra inmigración (diferencia de PIB, diferencia en desempleo, crecimiento económico, población, miembro o no de la UE, idioma...) para prever comportamientos migratorios a corto plazo.
Y, claro, con la que está cayendo en la economía española, el resultado es que los flujos de entrada casi desaparecen. "Nuestro país será en este inmediato periodo poco atractivo para otros países desarrollados que, de acuerdo al FMI o la Comisión Europea, habrán abandonado la crisis mientras que nosotros continuaremos en ella. Sin embargo seguiremos siendo atractivos para otros países". Pero menos. Los autores auguran fuertes descensos de los flujos de las principales nacionalidades hoy presentes en España, desde el 10% en el caso de Ecuador hasta del 60% de Rumanía o Marruecos.
"La actual crisis económica va a dejar una profunda huella también en el fenómeno de la inmigración", subraya el informe de Fedea. "En el horizonte de los próximos cinco años deberíamos esperar una reducción significativa de los flujos que probablemente puede que vuelva a cobrar fuerza en el momento de salida de la crisis". Hoy no vienen, pero, cuando las cosas vengan mejor dadas en la economía española, volverán.
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