- elConfidencial.com- *
Lo acaban de decir los ‘cinco sabios alemanes’ en un documento que este miércoles entregaron a Ángela Merkel. Europa se enfrenta sin armas suficientes al “círculo vicioso” de una deuda soberana sin control y una crisis bancaria que está lejos de resolverse. Y la solución que aportan es sugerente: crear un fondo de amortización de deuda a escala europea dotado con 2,3 billones de euros.
Su función sería adquirir toda la deuda pública superior al 60% del PIB de cada país, el umbral que se considera sostenible. Como contrapartida, sus gobiernos se comprometerían a asumir un plan de austeridad fiscal destinado amortizar esa deuda ‘sobrante’ en un plazo de 20 o 25 años. Pasado ese tiempo, y una vez que se hayan reducido los niveles de endeudamiento hasta unos niveles manejables, el fondo se disolvería.
¿Y cómo se financiaría? Cada país afectado aportaría como garantía parte de sus reservas de oro y de la recaudación obtenida a través de una sobretasa aplicada a nivel nacional, bien sobre el IVA o el Impuesto sobre la Renta. El programa de compra de bonos sería garantizado por el conjunto de la UE en función del tamaño de cada país. Italia tendría el mayor porcentaje, el 41%, y Alemania el 25%, según Financial Times.
La solución, según los ‘cinco sabios alemanes’, no pasa por acelerar la compra de bonos por parte del BCE, la reivindicación permanente de los periféricos. “El programa de compra de bonos desmantela la disciplina de los mercados sin haber fijado previamente ninguna alternativa disciplinaria en su lugar", señalan los economistas germanos, que al tiempo hacen una advertencia, según Europa Press. El Banco Central Europeo de Mario Draghi “está traicionando su credibilidad al caer bajo la sospecha de estar monetizando la deuda soberana”.
La propuesta de los cinco sabios -el consejo de economistas que asesora a la canciller- está ya sobre la mesa de Merkel, pero nada indica que vaya a salir adelante. De hecho, ayer mismo, la canciller dijo la propuesta de “colectivizar” las deudas que están por encima del 60% del PIB choca contra las constituciones nacionales y los tratados europeos.
Y no saldrá, además, en un contexto como el actual, en el que los gobiernos están desbordados por los acontecimientos. La cumbre del G20 de hace menos de una semana en Cannes forma parte ya del pleistoceno, y la amenaza real ahora es la ruptura descontrolada del euro en un contexto macroeconómico dramático. Como sostiene el periodista italiano Paolo Messa, Grecia puede ser el fusible, pero es Italia la bomba que puede hacer explotar el euro y quizá toda la Unión Europea.
Una Europa a dos velocidades
Hasta ahora se consideraba que la ruptura del euro no formaba parte de la agenda, pero ahora lo que preocupa es que se haga de forma caótica y desordenada habida cuenta de que si algo está claro es que Italia (550 puntos de diferencial con Alemania) y España (412 puntos) son irrescatables. El 20,6% de la deuda pública española vence el año que viene (unos 150.000 millones de euros incorporando el déficit previsto) y el 23,5% de la italiana habrá que renegociarla en 2012 (por encima de los 400.000 millones de euros).
No es de extrañar, por eso, que, según Reuters, Francia y Alemania estén explorando ya la posibilidad de un a Europa ‘a dos velocidades’ la vieja amenaza para los países periféricos que se planteó al comienzo del euro. Y que no se plasmó, precisamente, porque los periféricos, y de forma sorprendente, cumplieron las condiciones de Maastricht. Fuentes oficiales de Bruselas situaron esas discusiones ‘a nivel intelectual’, pero en ningún caso se han constituido grupos de trabajo. En todo caso, lo que está claro es que hasta hace bien poco esta posibilidad era un ejercicio de política ficción , y ahora es real.
En la práctica, esa Europa a ‘dos velocidades’ ya existe en términos de financiación de los tesoros nacionales. Este lunes, Alemania pudo emitir bonos a seis meses a un increíble 0,08%, mientras que el bono alemán a diez años se encuentra en el 1,8%, cerca de su mínimo histórico. La situación de su tesorería es tan holgada que en 2012 únicamente tendrá que renegociar el 1,5% de su deuda, la mitad que España.
La situación es tan crítica, como dijo hace unos días el Banco de España, que el especulador y filántropo George Soros habla ya de que la crisis de deuda soberana conduce al mundo a otra Gran Depresión. Mientras que Christine Lagarde, la directora gerente del FMI, habla ya sin tapujos de que Europa se enfrenta ya a una ‘década pérdida’, similar a la latinoamericana durante los años 90.
Sobre todo si se tiene en cuenta que, en paralelo a la crisis de deuda soberana, continúa sin resolverse el problema de la solvencia bancaria. Y hay que tener en cuenta que, según un informe de Credit Suisse, 16 grandes bancos europeos tienen en sus balances activos inmobiliarios "potencialmente sospechosos" por valor de 386.000 millones de euros, incluso por encima de los 339.000 millones que poseen en deuda periférica (España, Portugal, Grecia e Irlanda). Los bancos alemanes, franceses y británicos, pese a que han reducido su exposición entre un 30% y un 50%, son los más expuestos.
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