La tierra prometida existe, pero no está en España. La mitad de los inmigrantes de nuestro país viven al borde de la pobreza , y el 82% de los extranjeros no comunitarios tiene graves dificultades para llegar a fin de mes. Como consecuencia, el riesgo de pobreza y exclusión social es el doble de alto para las familias inmigrantes que para las familias españolas.
Sabían que no sería fácil, pero nadie les explicó les explicó hasta que punto cuando metieron su vida en una maleta en busca de un futuro mejor. Llegaron principalmente de Latinomérica, del Norte de África y, tras la apertura de las fronteras, de buena parte de los países de la Unión Europea. Sus motivos son variados, laborales y económicos principalmente, pero todos tienen un denominador común: mejorar la calidad de vida. Hoy por hoy, su impacto en la economía española es evidente, puesto que suponen ya un 11% de las familias residentes en España. Pero, ¿cómo son las familias inmigrantes?, ¿cuáles son sus perspectivas de crecimiento a lo largo de los años?, ¿qué diferencias de consumo hay entre las familias españolas y las inmigrantes?
El estudio 'Condiciones de Vida de la Población Inmigrante presentado por el EAE Business School' despeja algunas dudas.
¿Dónde viven y cómo son sus hogares?
Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía son las comunidades con mayor población inmigrante: aquí residen casi 3.500.000 inmigrantes, que suponen un 66% del total de los que viven en España. Manchegos, aragoneses y castellanos han sido los que más han visto crecer su población extranjera en los últimos años, un 103%, un 85% y un 84% respectivamente.
Por el contrario, las comunidades que presentan menor número de población inmigrante son Cantabria y Asturias, con menos del 2% de los inmigrantes que viven en nuestro país.
Aunque la tasa de paro no ha hecho más que aumentar en los últimos años en España, la población inmigrante ha seguido creciendo. Así, entre 2006 y 2009, el número de extranjeros con tarjeta de residencia en vigor ha crecido un porcentaje considerable: un 58,56 %.
Los hogares inmigrantes suponen un 11,21 % de los hogares que hay en nuestro país, tienen mayor número de miembros (2,85 miembros frente a los 2,63 de familias nacionales) y son responsables del nueve por ciento del gasto de las unidades familiares en España.
Problemas para llegar a fin de mes
El estudio, que analiza la situación en que se encuentran las familias extranjeras en España, destaca por "alarmante" que el 82 por ciento de las que proceden de fuera de la UE tienen dificultades para llegar a fin de mes, algo que afecta al 62 por ciento de las familias de nacionalidad europea.
En este sentido, indica que "sólo el 18 por ciento de las familias extranjeras no comunitarias llegan a final de mes y el 37 por ciento si se trata de familias europeas". De hecho, cuatro de cada diez familias europeas en España padecen carencias relacionada con gastos imprevistos, automóvil, retraso en los pagos de vivienda, posibilidad de ir de vacaciones o alimentos básicos, conforme el estudio.
En términos absolutos, la renta media de las familias españolas es 1,27 veces más alta que la de los inmigrantes procedentes de la Unión Europea y está 1,54 veces por encima de quienes han nacido en países fuera del espacio Schengen.
Así, la renta media por persona española es de 10.297 euros anuales, mientras que se queda en 8.099 euros al año cuando se trata de extranjeros nacidos en la Unión Europea y cae a 6.647 euros entre los foráneos que tienen nacionalidades de países no europeos.
¿En qué gastan los inmigrantes?
Las familias extranjeras son responsables del nueve por ciento del gasto de las unidades familiares en España, aunque se ha reducido un 1,2 por ciento desde el año 2009. Los españoles gastan de media 1,41 veces más que los extranjeros.
El 30,56 por ciento de su presupuesto va destinado a la vivienda y los gastos derivados de la misma, --agua, electricidad y gas--, mientras que el 14,64 por ciento se va en alimentos y bebidas no alcohólicas y el 13 por ciento, en transportes.
Además, los extranjeros gastan el 5,67 por ciento en ocio y espectáculos, un 4,08 por ciento en comunicaciones, un 2,71 por ciento de su presupuesto en bebidas alcohólicas, tabaco y narcóticos y el 2,36 por ciento en salud, conforme señala el informe.
Para los extranjeros, los principales problemas del hogar se relacionan con los ruidos, la escasez de luz natural, la delincuencia y la contaminación. No obstante, más del 60% de las familias afirma no tener ningún problema en su vivienda, un porcentaje que ha crecido en ocho puntos porcentuales en los dos últimos años. Por su parte, las familias españolas tienen más problemas de vandalismo y delincuencia que las extranjeras.
El estudio publicado, en cuanto a equipamiento del hogar, equipara bastante las familias extranjeras y las nacionales. Prácticamente todos los hogares extranjeros cuentan con teléfono, televisión y lavadora. Aún así, la mitad de los inmigrantes no llegan a fin de mes y su riesgo de pobreza y exclusión social es el doble de alto que el de las familias españolas. Definitivamente y al margen de espejismos, la tierra prometida no está en España.
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