Hace unas semanas, el entonces senador por Ceuta, Guillermo Martínez, dijo en un debate en el Senado sobre los Derechos Humanos que “las devoluciones en caliente son buenas para Ceuta”. Una afirmación grave que, en cambio, apenas tuvo repercusión en nuestra ciudad.
Lo dicho por Martínez es un insulto, tanto a la decencia en general, como a los ceutíes en particular. Es indecente apelar a lo que es “bueno” para una ciudad cuando de lo que se está discutiendo es de si se violan los Derechos Humanos o no. Es indecente decir que puede ser “bueno” para Ceuta algo que viola los Derechos Humanos, como si los ceutíes tuviéramos que ser una pandilla de salvajes insensibles y desalmados.
El discurso del PP a este respecto, siendo moralmente alarmante, es, en cambio, entendido como normal debido al trabajo incesante en el terreno de los dispositivos de creación de imaginario. Por este mismo motivo, tampoco nos supone ningún sobresalto leer que en las últimas horas centenares de inmigrantes han tenido que correr a resguardarse en los montes de Marruecos para huir del acoso de los agentes del país vecino. Al contrario, la sensación general es la del alivio: la policía marroquí hace su trabajo e impide que los invasores lleguen a suelo patrio.
Se ha trabajado muy mucho para que los ceutíes sintamos que lo único que debe importarnos con respecto al fenómeno de la inmigración sea la protección de la frontera a cualquier precio, aunque sea a base de concertinazos, de devoluciones ilegales o mediante cheques a terceros países que puedan hacernos el trabajo sucio. Este tratamiento no sólo es despreciable, sino profundamente irresponsable, pues no se busca intentar solucionar nada, sino perpetuar un problema y esconder sus consecuencias. España, en estos últimos años, ha sido líder en los recortes a la Cooperación Internacional. Si de verdad queremos que nuestras fronteras dejen de recibir a seres humanos que huyen de la tragedia, tal vez debiéramos comenzar por analizar nuestro papel geopolítico y lo que hacemos por el respeto a la democracia y los Derechos Humanos en todo el mundo.
-elpueblodeceuta.es
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