España figura entre los países de la Unión Europea en los que la diferencia de pobreza entre los ciudadanos nacionales y los inmigrantes es más grande, solo superada por Italia, Grecia o Chipre.Estos datos se recogen en el informe "Inmigración y crisis económica" presentado hoy por la Escuela de Negocios "OBS Business School", que estudia el impacto de la crisis en la población extranjera de toda la Unión Europea.
La principal consecuencia de la crisis, según este trabajo, es que el desempleo en el colectivo no comunitario es superior al europeo, siendo la tasa media europea de paro de un 16 % y un 9,4 %, respectivamente.
En España la diferencia se mantiene e incluso crece: la tasa de desempleo de nacionales es del 22,7 % y la de extranjeros del 33,9 %.
Esta brecha se explica por los bajos niveles formativos de la población inmigrante en España y porque están vinculados a sectores especialmente afectados por la crisis, argumenta el informe.
En este sentido, recuerda que la empleabilidad de inmigrantes en el sector de la construcción a inicios de la crisis rondaba el 22 %, el doble que en Francia.
Además, los contratos de los inmigrantes en Europa también son de peor calidad y uno de cada cuatro trabajadores no comunitarios tenían en 2014 un contrato parcial, según la OCDE.
El autoempleo tampoco es "una opción muy popular", aunque aquí los porcentajes europeos de nacionales y extranjeros son muy similares: 12,68 % y 12,89 %, respectivamente.
Se extrae de este informe que "hasta el momento no ha habido una solución perfecta" a la inmigración y la crisis ha fomentado que se vea como una amenaza en gran parte de los países comunitarios.
De hecho, según el último Eurobarómetro (primavera del 2015), la inmigración era la principal preocupación de los europeos, con un aumento de 24 puntos respecto al año anterior.
A su vez, también se critica la gestión en la acogida y reubicación de refugiados
- eldiario.es
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