Las protestas semanales en Carabanchel ante el Centro de Salud Abrantes en defensa del derecho a la salud se iniciaron hace ahora cuatro años. Y pese al tiempo transcurrido, el jueves pasado, al término de la manifestación, en una consulta improvisada los y las asistentes decidieron volver a protestar este 19 de septiembre ante el centro de salud. La cita con la médica de familia o con el pediatra en el ambulatorio de Abrantes -o en otros muchos centros de salud de barrios de la zona sur de Madrid-capital- puede tardar entre varias semanas y un mes. Y en algunas ocasiones los tiempos de espera son superiores. Es lo que relatan numerosas vecinas a la salida del ambulatorio. Por eso resulta indignante que la Comunidad de Madrid asegurase a mediados de agosto que la situación del centro de salud de Abrantes, “está solucionada”. Es lo que afirmó la consejera de Economía, Hacienda y Empleo, Rocío Albert, añadiendo que aquellas personas que necesitan ser atendidas “se les da una salida” y son recibidas “en el menor tiempo posible” en el propio centro o son derivadas a otro.
Para darse cuenta de la flagrante mentira de esta dirigente, baste con recordar que, por ejemplo, el pasado 10 de septiembre, el Abrantes había cuatro médicos por la mañana y dos pediatras. Y por la tarde, durante cuatro horas, un facultativo de refuerzo para emergencias y consultas no demorables -no tiene población asignada- y ningún pediatra.
El CS Abrantes, atiende un área con una población de 30.000 personas debería tener, según datos de la propia administración madrileña, 17 facultativos de familia (repartidos en el turno de mañana y de tarde) y cuatro pediatras (repartidos también en ambos turnos).
Cuando acaban de cumplirse cuatro años de movilizaciones constantes en defensa de la sanidad pública ante el centro de salud de Abrantes, queremos recordar porque empezaron las protestas, en el carabanchelero barrio del mismo nombre y uno de los diez barrios con renta media más baja de Madrid. A primeros de septiembre de 2020 un trabajador de dicho centro de salud colocó un cartel en la puerta del centro que indicaba: “no hay médicos ni de mañana ni de tarde”. De golpe miles de personas nos habíamos quedado sin atención médica. Y empezaron las protestas semanales del vecindario. Y gracias a ellas, este ambulatorio ha ido recuperando poco a poco profesionales, pero no los que le corresponden, por lo sigue en una situación brutal de abandono.
La falta crónica de personal médico y de pediatras genera una demora que puede llegar a superar los dos meses para ser atendido por el médico de cabecera y se han dado casos de pacientes a los que se les ha negado el acceso a la consulta sanitaria.
Por eso, desde hace ya cuatro años, cada jueves -menos en Navidades y en los momentos más calurosos del verano-, cientos de vecinos y vecinas se manifiestan con constancia y dignidad. Reclamamos que la administración madrileña revierta el desmantelamiento de la sanidad pública y destine inmediatamente los recursos necesarios para recomponer la tan deteriorada Atención Primaria.
Fuente: tercerainformacion.es
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