Walter es colombiano, tiene 32 años y llegó a España hace tres años con la intención de trabajar en lo primero que encontrara. Al principio, fue en la agricultura. Después, como camarero. Y, finalmente, en el sector de la construcción. Al principio, le costó hacerse un hueco entre sus compañeros. Pero ahora es uno más gracias, sobre todo, a los cursillos de formación que impartió la empresa a todos los empleados.
La integración de los trabajadores inmigrantes en la plantilla de las compañías trae de cabeza a muchos empresarios, que consideran básico realizar actividades destinadas a este fin entre sus empleados. Bernardo Chulilla, director del Área de Formación de Dopp Consultores, explica que “para conseguir la plena integración de los trabajadores extranjeros es básico realizar una buena formación en dos direcciones: por una parte, se puede realizar actividades destinadas a la integración social de los inmigrantes como explicarles el funcionamiento del euro, el del alquiler de pisos, los papeles necesarios para regularizar su situación... Por otra, actuar con los mandos para que, desde su rol de gestores de personas, actúen con equidad y aprovechen todo lo positivo de la diversidad (el hecho de que tengan distintas formas de pensar y actuar)”. expansion.com
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