"No existo en ninguna parte", afirma a 20 minutos Norma Gómez. Venezolana de nacimiento, está casada desde hace 32 años con Ricardo, español. Con él tiene cinco hijos, todos españoles, y viven aquí desde 1989. Pero Norma no ha obtenido aún la residencia española, con todo lo que ello conlleva como, entre otros, perder ofertas de trabajo.
Ella afirma que no tuvo ningún problema de papeleo hasta el año 2001, cuando le caducó un permiso de residencia comunitaria expedido 10 años antes en Madrid.
Al intentar renovarlo en Barcelona -la familia está instalada en Terrassa-, le revocaron la solicitud. El argumento oficial que le dieron entonces fue que su anterior documento estaba mal tramitado.
De ventanilla en ventanilla
Desde entonces, asegura, todo ha sido un ir y venir de ventanilla en ventanilla. De nada le sirve su libro de familia español datado de 1989, que sus nietos sean españoles o, como dice con sorna, "que hasta mi gato sea de español".
Desde la Delegación del Gobierno en Cataluña, aseguran que el caso de Norma "está archivado". Y justifican que "se la citó para que trajera la documentación en el año 2006, pero ella no se presentó".
Norma, ofuscada, niega que faltara a aquella reunión y busca entre sus papeles. Localiza un documento oficial del 14 de diciembre de 2006 en el que le piden un certificado de matrimonio español, otro médico, otro de antecedentes penales... Ella asegura que los llevó. Y aporta otro papel, con fecha 2 de mayo de 2007, en el que se resuelve como «no favorable» la entrega de su tarjeta familiar de residente comunitario.
20minutos
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