Cáritas apunta que cientos de temporeros inmigrantes "malviven bajo plásticos en asentamientos chabolistas"

HUELVA, 3 Mar. (EUROPA PRESS) -

La organización Cáritas Diocesana de Huelva apuntó hoy que, tal y como ocurre todos los años por estas fechas, cientos de personas se han desplazado a la provincia de Huelva "buscando fortuna en las explotaciones agrícolas y malviven bajo plásticos en asentamientos chabolistas".

Sin embargo, en esta ocasión, "a los que ya llegaban en años anteriores se han sumado muchas personas que, o bien no lo habían hecho antes, o bien no lo hacen desde hace muchos años, al haber estado colocados en otros sectores productivos --industria y construcción principalmente--", según indicó Cáritas en una nota.

"Gran parte de estas personas han terminado malviviendo en asentamientos chabolistas enlos alrededores de las localidades freseras, en bosques y polígonos industriales, donde carecen de agua, saneamiento, electricidad, servicio de recogida de basuras y, por supuesto, de una vivienda digna", apuntó.

En este sentido, Cáritas alertó de que "duermen en chabolas construidas con los mismos plásticos agrícolas" y subrayó que actualmente hay alrededor de 500 personas en esta lamentable situación.

La contratación en origen y el escaso trabajo que hasta la fecha ha generado la campaña fresera "ha dejado a todos estos trabajadores temporeros al margen", según indicó la organización, que apuntó que "muchos de ellos tienen sus papeles en regla, pero aún así ven como pasan los días sin poder trabajar".

"Cada semana, además, vienen acudiendo a demandar comida a los equipos de distintas Cáritas parroquiales gran cantidad de estos temporeros, recorriendo grandes distancias que dan idea de la importante situación de necesidad en la que se encuentran", aseguró Cáritas, que añadió que la situación humanitaria "es grave y puede agravarse aún más".

FALTA DE DISPOSITIVOS

Esta situación, según indicó la organización, "no es nueva, aunque en los últimos años se había conseguido minimizar el impacto de estos asentamientos" y ahora la crisis económica ha traído otra vez "escenas que hubiéramos preferido no repetir y nuevamente hay que denunciar la falta de dispositivos que den alojamiento a todos aquellos que llegan a la provincia, ya que sólo Cartaya dispone de un albergue de temporeros".

"La negativa de muchos propietarios a alquilar casas a personas subsaharianas, aún cuando estos dispongan de recursos económicos, y la ausencia de alojamiento alternativo impide el acceso a una vivienda digna", indicó Cáritas.

Esta situación, según subrayó la organización, "se ve agravada por los levantamientos efectuados periódicamente por los Cuerpos de Seguridad del Estado, que acuden a las zonas chabolistas con tractores que arrasan las rudimentarias construcciones, único abrigo del que disponen sus ocupantes", a lo que añadió que "en pocas horas los asentamientos se han vuelto a levantar en otro lugar, en un sin sentido que deteriora física y anímicamente a estas personas".

En la capital "la situación no deja de ser grave. El primer lugar de llegada a la provincia sigue sin estar preparado y diariamente están durmiendo a la intemperie, según se ha podido comprobar, son entre 50 y 100 personas las que se suman a las que lo hacen durante el resto del año y la Administración no dispone de servicios de alojamiento, higiene, consigna, que permitan a estas personas evitar una situación tan contraria a una sociedad que se dice del bienestar".

Debido a esta situación, Cáritas realiza una demanda de justicia ya que la sociedad entera "debe hacerse consciente de esta realidad, y la sociedad entera debe poner todos los medios para que se evite que siga siendo así".

ATENCIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN

En este sentido, solicitó a las administraciones competentes "la puesta en marcha de medidas que evitan estas situaciones de exclusión severa, de privación de derechos como la vivienda, el trabajo, la salud o la seguridad".

Por otro lado, pidió a los empresarios que se comporten de "manera responsable" con estos trabajadores, y que tengan en cuenta que "muchos de ellos han participado en añosanteriores de la campaña de la fresa", así como a la ciudadanía "comprensión y respeto y a los propietarios de viviendas en alquiler que no discriminen a estos colectivos".

Por último, Cáritas se comprometió "a mantener la atención humanitaria a estaspersonas en la medida de nuestras posibilidades, a promover las acciones que eviten quese vuelvan a repetir, y a procurar la coordinación con el resto de entidades implicadas".

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