La crisis tiene un efecto evidente en el volumen de los inmigrantes que llegan a España. Las motivaciones económicas son los que más pesan entre los extranjeros que eligen España como su nuevo país de residencia, así que la crisis ha provocado que los flujos de llegada estén menguando. El efecto llamada se llamaba empleo.
España es uno de los países desarrollado en los que más cayeron las llegadas de inmigrantes durante el año 2009, según se recoge en el informe Perspectivas de la inmigración internacional 2011 elaborado por la OCDE. Según el estudio, España recibió 470.000 inmigrantes en 2009, un 32% menos que un año antes, cuando el contingente de nuevos residentes rozó los 690.000. Un dato que sitúa a España como el tercer país de la OCDE con mayores descenso, detrás de República Checa (-49%) e Irlanda (-42%).
Y si la crisis entorna la puerta de entrada a la inmigración, al tiempo abre la puerta de salida. Las salidas de extranjeros que hasta entonces residían en España (ya sea por retorno a sus países de origen o por marcha a otros destinos) creció en 2009 un 39%, desde los 230.000 hasta los 320.000 extranjeros.
Tras la crisis, la inmigración volverá a crecer
El informe de la OCDE confirma que 2009 fue el segundo año consecutivo en los flujos de inmgración internacional retrocedieron en todo el mundo como consecuencia de la crisis, después de una década de crecimientos continuos. Las llegada de inmigrantes a los países de la OCDE descendió un 7%, equivalente a unos 4,3 millones de personas, frente los 4,5 millones del año anterior.
Una tendencia a la baja que la organización augura que se mantendrá también en 2010, pero que cambiará en el momento en que la economía mundial ofrezca síntomas de recuperación. "La demanda de inmigración laboral se recuperará" en el futuro, ha sentenciado el director general de la OCDE, el mexicano Ángel Gurría, durante la presentación en Bruselas del informe sobre inmigración.
Los datos menguantes que ofrece España en materia inmigratoria "no sorprenden", ha indicado Gurría, dado los altos volúmenes de inmigrantes recibidos por el país durante la década anterior. El documento revela que la situación laboral de estos trabajadores se ha deteriorado de manera "significativa", ya que del total 1,2 millones de empleos perdidos en España en 2009, 340.000 correspondieron a puestos ocupados por inmigrantes.
Por su parte, el comisario europeo de Empleo, Laszlo Andor, ha apuntado que el alto porcentaje de extranjeros desempleados en España no debe ser considerado un "obstáculo", sino un "reto". Andor animó a las autoridades españolas a hacer un uso correcto de los fondos estructurales para formar a los trabajadores inmigrantes en paro y aumentar así sus posibilidades de reincorporarse al mercado laboral, informa Efe.
Tanto la globalización como el envejecimiento de la población en los países industrializados hacen que los expertos den por hecho que los flujos de llegada de inmigrantes a las economías más desarrolladas se recuperarán próximamente. Ante esta perspectiva, la OCDE anima a desarrollar vías legales de entrada y favorecer el mejor aprovechamiento de las competencias de ese colectivo. En este sentido, la organización anima a reforzar los programas de integración y a ampliar la cooperación con los países de origen de los inmigrantes para mejorar el reclutamiento de mano de obra y reducir la inmigración ilegal.
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