La duda es cómo. Pero las cúpulas de las principales entidades financieras del país ya están trabajando con el escenario de que Europa inyectará el dinero necesario para recapitalizar (léase, sanear) a la banca española.
Con esta decisión, Bruselas confía conseguir el ansiado cortafuegos que permita a nuestra economía dejar de ser víctima del pánico que sacude a los mercados y que está haciendo al Estado prácticamente imposible acudir a ellos para tapar los agujeros (por no decir boquetes) de la banca.
La lectura es la siguiente. Sólo BFA/Bankia necesita 19.000 millones que, según el calendario actual, deberán inyectarse de aquí a julio; pero diversos estudios elevan hasta 60.000 millones las necesidades de todo el sistema financiero nacional.
Para conseguir este dinero, el Estado necesita acudir a los mercados, pedírselo prestado y dárselo a la banca. El problema de este esquema es, ¿a qué precio? Porque España tiene margen para endeudarse, ya que sigue estando 20 puntos por debajo de la media europea. El problema es que no tiene margen para pagar los disparados intereses que le piden: 6,6% y subiendo.
En este punto es donde entra en juego el Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM, según sus siglas en inglés), que es el fondo de rescate permanente que Europa se comprometió a tener listo para julio.
Sus ADN incluye poder utilizarse para dar créditos a los países y, con ese dinero, que cada Estado inyecte el dinero que necesite para recapitalizar sus entidades financieras. Un trámite que, sin embargo, los Gobiernos prefieren dejar reducido a que sean directamente los bancos quienes pidan el dinero, sin necesidad de utilizar como vocero a los Ejecutivos.
Sea cual sea la forma en que finalmente se articule, las estrategias se están diseñando sobre la base de que el dinero que se dará a las entidades procederá de Europa, y no de emisiones del Tesoro, como insiste en decir públicamente Mariano Rajoy y el Ministerio de Economía.
Reuniones en la cumbre
Fuentes conocedoras afirman que lo que hay detrás de la reunión que mantuvo ayer Luis de Guindos con su homólogo alemán Wolfgang Schäuble es, precisamente, aclarar cómo se va a recapitalizar la banca.
Ésta más que probable inminente inyección también estará sobre la mesa en los encuentros que mantendrá la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, con la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, y con el secretario de Estado del Tesoro americano, Timothy Geithner, en el viaje que ha hecho hoy a Estado Unidos.
El FMI lleva tiempo pidiendo a Alemania que desbloquee sus reticencias al Fondo de Rescate y que permita que los bancos puedan apelar directamente a su ayuda sin necesidad de pagar el peaje de los Estados, ya que este matiz marca la diferencia entre manchar el nombre de un país o no.
De ahí que la propia Comisión Europea reconociera ayer que está estudiando la posibilidad de inyectar esta ayuda de manera directa, aunque después se puntualizara, por boca del comisario Olli Rehn, que todavía no es algo efectivo. Ni lo será si Alemania se mantiene reacia.
Pero, aunque los germanos terminen dando su brazo a torcer, sigue la incógnita de cómo se articulará la ayuda. "¿Qué van a hacer, manguerazo de dinero a todos los bancos o sólo a quienes realmente lo necesitan?", se preguntan desde una entidad.
Una opción u otra es todo un bofetón para el sector, ya que cierra la posibilidad de financiarse en mercado durante un tiempo, porque los inversores no quieren prestar a unos bancos que han necesitado recurrir a Bruselas. Es decir, pagarán justos por pecadores.
A cambio, se prevé que, en unos meses, con los bancos ya saneados estén en disposición de empezar a dar crédito a las empresas y, de una vez por todas, reactivar la economía.
Fuente: lainformacion.com
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