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La concentración de gran cantidad de alumnos inmigrantes en un número reducido de colegios dispara la agresividad y la inestabilidad emocional del conjunto de escolares en estos centros.
Esta teoría, de la que vienen advirtiendo expertos educativos, la ha corroborado un grupo de investigación de la Universitat de València con un estudio de más de tres años en 36 colegios de la provincia y sus 2.788 alumnos de 12 a 16 años.
Se
trata de un fenómeno que, según Ángel Latorre, catedráticode Psicología
Evolutiva y de la Educación y coautor del informe, se da en zonas de Valencia como Ruzafa o localidades del sur de Alicante, donde el alumnado extranjero alcanza cuotas del 60% en algunos centros.
El
objetivo del programa que han llevado a cabo es precisamente aumentar
la empatía (capacidad de los escolares de ponerse en la piel del
"otro") y la facilidad para relacionarse entre ellos, al tiempo que dismiunir las conductas agresivas e inestables.
El trabajo de campo demostró que los centros con pocos o sin ningún inmigrante tienen mejor clima, "pero porque no albergan este fenómeno", explica Latorre.
Educación
distribuirá gratis los materiales para alumnos y profesores que ha
diseñado este grupo de profesores a los centros que lo pidan, para fomentar la convivencia en horas de tutoría.
Ellos pegan y las chicas hablan mal
Los chicos de 14 y 15 años son los más proclives a convertirse en agresores físicos en los centros escolares. Las chicas, aunque más pacíficas, optan por la rumorología y el aislamiento a sus iguales cuando desarrollan conductas agresivas. Los investigadores pretenden invertir esta tendencia, para que la violencia disminuya y no aumente con la maduración de los adolescentes.
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