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La falta de empleo ocasionada por la crisis financiera está provocando el retorno de cientos de indocumentados a sus países de origen
MADRID.- El mito de la inmigración en España proveniente de América Latina, África y Europa del Este se ha terminado, según datos oficiales difundidos por medios españoles, que demuestran la reducción de llegadas y el aumento de regresos a los países de origen.
Los datos revelan que las llegadas en embarcaciones precarias, las llamadas pateras, a las costas españolas se redujeron en 40% en los primeros siete meses de 2009, mientras aumentan los regresos.
Según Raúl Jiménez, miembro de la asociación madrileña de ecuatorianos Rumiñahui —que representan la principal comunidad extranjera en el país— “a finales del curso pasado muchas familias sacaron a sus chicos del colegio para enviarlos a Ecuador, porque sabían que no podían hacer frente a los gastos de uniformes y material”.
No hay trabajo y el poco que han conseguido, por ejemplo, a través del Plan E del Gobierno, era para obras de emergencia, que duraban muy poco, explica el dirigente.
“Tenemos datos de siete mil cabezas de familia que no han podido traerse a sus hijos a España. Además, al perder sus trabajos, muchos han perdido la residencia y se han convertido en irregulares”.
Acuerdos contra ilegales
Fuentes del Ministerio del Interior de España revelaron que la Península Ibérica se vuelve menos atractiva también a causa del número elevado de repatriaciones y medidas de prevención que, gracias a la “cooperación” de la Policía y los “acuerdos” con los países de origen, disminuyen flujos clandestinos.
En ese sentido, la reforma de la Ley de Extranjería, la cuarta en nueve años y que la semana pasada superó su primera prueba parlamentaria debido al rechazo de partidos de la oposición a las enmiendas, garantizará “inmigración más ordenada”, según expresó el Gobierno español.
El número de desempleados registrados en las oficinas del Instituto Nacional del Empleo (INEM) subió en 84 mil 985 personas en agosto respecto de julio, según datos difundidos a principios de mes por el Ministerio de Trabajo.
También se ha reducido de forma drástica la contratación en origen. Hasta el 30 de junio, equivale a un número de una sola cifra: ocho, frente a los mil 380 de todo 2008.
Muchos marroquíes han optado por regresar a su país a la espera de mejores tiempos, pero sin acogerse al plan de retorno del Gobierno, que les obligaría a renunciar a sus papeles.
“Ha sido un retorno puntual, silencioso, pero no definitivo. España les dio mucho trabajo y esperan que vuelva a dárselo, pero no están dispuestos a renunciar a su tarjeta de residencia, por eso no se han acogido al plan de retorno”, explicó Kamal Rahmouni, presidente de la asociación marroquí Atime.
El origen del nuevo escenario para quienes van a España a buscar un destino mejor, se explica en la situación económica que atraviesa la Península Ibérica, una crisis desde principios de 2008 y que se agudizó a mediados de ese año con el desplome del sector de la construcción, modelo de crecimiento durante una década y que empleaba a muchos inmigrantes.
Hoy incluso los españoles critican fuertemente a su Gobierno porque el número de “parados” (desempleados) aumenta considerablemente mientras planean adoptar medidas que afectan al bolsillo de los ciudadanos, como el alza a los impuestos.
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