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Diez años apenas son nada, pero han dejado su impronta en la vida de los españoles con profundos cambios sociales, económicos y demográficos. Porque iniciamos la década con 40,4 millones de habitantes y ahora somos 6,3 millones más. Y no precisamente por el cheque-bebé, sino por el desembarco masivo de inmigrantes que suponen ya el 12% de la población (5,5 millones). Ha sido ésta la década de la solidaridad y la conciencia medioambiental, reflejada en esas imágenes de cientos de ciudadanos limpiando chapapote a toneladas en las playas gallegas. El pacifismo se impuso en la masiva protesta contra la guerra de Irak y los 'sms' revolucionaron la comunicación interpersonal y la contestación política con aquel mítico 'pásalo', tras los atentados del 11-M.
La era de ZP, a partir del 2004, inauguró las bodas entre homosexuales, el divorcio exprés, la píldora del día después y la nueva ley del aborto para adolescentes mayores de 16 años, que pueden pasar por ese trauma sin que se enteren sus padres. Avances o retrocesos laureados y denostados, fiel espejo de las dos Españas. Los matrimonios ahora se divorcian más: 39.242 en el 2001 frente a los 110.036 del 2008. El concepto de familia tradicional pasó a la historia y la época navideña testifica que a la mesa se sientan padrastros o hermanastros.
Pero los españoles trabajan menos de lo que quisieran. El cambio de milenio comenzaba con 1.670.578 parados y la década concluye con 3.868.946. De ahí el aumento de morosos en el pago de hipotecas y alquiler de viviendas. Aunque la obesidad se haya disparado con la invasión de la hamburguesa, la pizza y las fritangas, al cinturón de la economía doméstica le sobran cada día más agujeros, por la subida imparable de los precios de algunos alimentos básicos. Una barra de pan valía en el 2000 en torno a las 50 pesetas (0,33 euros), hoy cuesta el doble. Y el kilo de manzanas, por las nubes, al dar el salto de los 90 céntimos a 1,63 euros. Peor parado ha salido el tabaco. Un ejemplo: 200 pesetas (1,20 euros) costaba la cajetilla de Ducados; hoy, 3 euros (499,1 pesetas). Y una caña, ha pasado de los escasos veinte duros a costar casi cuarenta. También han subido, y mucho, los pisos: de 1.260 a 1.660 euros de media por metro cuadrado.
Los precios se disparan. La economía, no. La previsión del Gobierno fija el crecimiento de este año entre el 0% y el 0,1%. En el 2000 creció el 3%. Pese a los vaivenes económicos, la década ha sido inundada de nuevas tecnologías que han modificado costumbres, ocio o maneras de comprar y hacer transacciones. El 66,3% de familias usa ordenador, casi cuatro veces más. Eso sí, ahora son portátiles y antes eran de mesa. Y, por supuesto, todos tenemos móvil. Más de uno por habitante. De 15 millones hemos pasado a cerca de 52. Y el DVD, que había que buscarlo en un puñado de hogares privilegiados, en la actualidad luce en el 80% de las casas. El parque de turismos, otro indicador social y económico, ha pasado de los 17,2 a los 22 millones. Y el precio medio de los coches nuevos casi se ha duplicado, de 12.000 a 19.122 euros. Y el litro de gasóleo, de 108 pesetas a casi un euro. Una década, en fin, en la que hemos visto que el euro se parece más a las cien pesetas (y los 10 euros al billete de mil) que a las 166,386 que nos hicieron creer.
Diez años apenas son nada, pero han dejado su impronta en la vida de los españoles con profundos cambios sociales, económicos y demográficos. Porque iniciamos la década con 40,4 millones de habitantes y ahora somos 6,3 millones más. Y no precisamente por el cheque-bebé, sino por el desembarco masivo de inmigrantes que suponen ya el 12% de la población (5,5 millones). Ha sido ésta la década de la solidaridad y la conciencia medioambiental, reflejada en esas imágenes de cientos de ciudadanos limpiando chapapote a toneladas en las playas gallegas. El pacifismo se impuso en la masiva protesta contra la guerra de Irak y los 'sms' revolucionaron la comunicación interpersonal y la contestación política con aquel mítico 'pásalo', tras los atentados del 11-M.
La era de ZP, a partir del 2004, inauguró las bodas entre homosexuales, el divorcio exprés, la píldora del día después y la nueva ley del aborto para adolescentes mayores de 16 años, que pueden pasar por ese trauma sin que se enteren sus padres. Avances o retrocesos laureados y denostados, fiel espejo de las dos Españas. Los matrimonios ahora se divorcian más: 39.242 en el 2001 frente a los 110.036 del 2008. El concepto de familia tradicional pasó a la historia y la época navideña testifica que a la mesa se sientan padrastros o hermanastros.
Pero los españoles trabajan menos de lo que quisieran. El cambio de milenio comenzaba con 1.670.578 parados y la década concluye con 3.868.946. De ahí el aumento de morosos en el pago de hipotecas y alquiler de viviendas. Aunque la obesidad se haya disparado con la invasión de la hamburguesa, la pizza y las fritangas, al cinturón de la economía doméstica le sobran cada día más agujeros, por la subida imparable de los precios de algunos alimentos básicos. Una barra de pan valía en el 2000 en torno a las 50 pesetas (0,33 euros), hoy cuesta el doble. Y el kilo de manzanas, por las nubes, al dar el salto de los 90 céntimos a 1,63 euros. Peor parado ha salido el tabaco. Un ejemplo: 200 pesetas (1,20 euros) costaba la cajetilla de Ducados; hoy, 3 euros (499,1 pesetas). Y una caña, ha pasado de los escasos veinte duros a costar casi cuarenta. También han subido, y mucho, los pisos: de 1.260 a 1.660 euros de media por metro cuadrado.
Los precios se disparan. La economía, no. La previsión del Gobierno fija el crecimiento de este año entre el 0% y el 0,1%. En el 2000 creció el 3%. Pese a los vaivenes económicos, la década ha sido inundada de nuevas tecnologías que han modificado costumbres, ocio o maneras de comprar y hacer transacciones. El 66,3% de familias usa ordenador, casi cuatro veces más. Eso sí, ahora son portátiles y antes eran de mesa. Y, por supuesto, todos tenemos móvil. Más de uno por habitante. De 15 millones hemos pasado a cerca de 52. Y el DVD, que había que buscarlo en un puñado de hogares privilegiados, en la actualidad luce en el 80% de las casas. El parque de turismos, otro indicador social y económico, ha pasado de los 17,2 a los 22 millones. Y el precio medio de los coches nuevos casi se ha duplicado, de 12.000 a 19.122 euros. Y el litro de gasóleo, de 108 pesetas a casi un euro. Una década, en fin, en la que hemos visto que el euro se parece más a las cien pesetas (y los 10 euros al billete de mil) que a las 166,386 que nos hicieron creer.
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