La Nueva España - Asturias -
El dato lo ofrece el informe «Racismo y xenofobia 2009», publicado por el Ministerio de Trabajo e Inmigración, basado en una encuesta elaborada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en los meses de septiembre y octubre de 2008. El estudio refleja una realidad que para los sindicatos y las asociaciones de inmigrantes es «peligrosa»: con la crisis económica de los últimos tiempos la sociedad se ha radicalizado contra los extranjeros que llegan al país.
Según los datos de este informe, el 41 por ciento de los asturianos no están conformes con la llegada de inmigración. Asturias es, sin embargo, una de las regiones que menos inmigrantes reciben: según los últimos datos del padrón publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de extranjeros es de 47.119. O, lo que es lo mismo, un 3,8 por ciento de la población total empadronada. La cifra es exigua si se compara con las de otras comunidades, como Baleares, con un 20,8 por ciento de su población compuesta por inmigrantes, o Valencia, con un 16,8 por ciento.
La encuesta refleja cómo el hecho de contar con un elevado número de ciudadanos extranjeros no se traduce en un sentimiento equivalente de rechazo. Doce comunidades autónomas tienen un porcentaje aún más alto de rechazo a los inmigrantes que Asturias, pero no todas ellas cuentan con un abultado número de extranjeros.
El 61 por ciento de los murcianos considera excesivo el número de inmigrantes, seguidos por los valencianos (un 56 por ciento), los aragoneses (un 54 por ciento) y los castellano-manchegos (54 por ciento). Los navarros, riojanos, gallegos y vascos son los menos reacios a la llegada de inmigrantes, según el CIS. Galicia, sin embargo, cuenta con un porcentaje de extranjeros similar al de Asturias (3,4 por ciento).
El cómputo global de los datos a nivel nacional refleja cómo casi la mitad de los españoles están cada vez más disconformes con la llegada de ciudadanos de otros países. Un 46 por ciento cree que ya hay demasiados, cuando hace 14 años esta percepción era compartida por apenas el 28 por ciento de los españoles.
A ello se suma que el 42 por ciento de los encuestados considera que las leyes son demasiado tolerantes con los extranjeros. Otro 32 por ciento opina que el reglamento es «más bien tolerante».
Otras conclusiones llamativas se refieren a la necesidad de expulsar a los inmigrantes que se encuentren en el paro o que cometan cualquier delito, una propuesta que el 68 por ciento de los españoles estarían dispuestos a compartir.
Seis de cada diez españoles temen, además, que los extranjeros quiten puestos de trabajo a los nacionales, por lo que verían «muy aceptable» o «bastante aceptable» que los españoles tengan preferencia a la hora de acceder al mercado laboral. Además, un 58 por ciento de los ciudadanos considera que los inmigrantes reciben demasiadas ayudas, por parte del Estado, mientras que muchos piensan que los extranjeros hacen bajar la calidad de la sanidad y la educación.
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