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Ganar las elecciones habrá sido un agradable y simple paseo comparado con lo que le espera ahora al nuevo presidente de Gobierno. Pero, tan difícil reto comienza con buen pié porque a Mariano Rajoy le han dado los españoles a través de las urnas lo que más puede desear un líder político con aspiraciones a gobernar: una holgada mayoría absoluta. Esa mayoría resultaba fundamental, cualquiera que hubiera sido el ganador, para afrontar la crisis económica y financiera más grave que haya conocido nunca cualquier ciudadano vivo español.
Hay que darle, tal y como ha pedido, un tiempo para iniciar sus reformas, pero de tiempo, como de dinero, andamos más que escasos y el nuevo presidente de Gobierno debe empezar a tomar medidas y desplegar su programa no sólo para su mayor eficacia, sino para transmitir la decisión y confianza que ahora se necesita.
Pendiente de él y de sus decisiones van a estar especialmente algo más de cinco millones de españoles. No se trata de una parte de sus alborozados votantes ni militantes de partidos, sino de los parados que ansían abandonar cuanto antes esa situación tan poco digna.
1.- Mariano Rajoy debe anunciar cuanto antes el nombre del vicepresidente que se responsabilizará de los asuntos económicos en su gabinete. Y ha de hacerlo público subrayando sus cualidades que deben ir más allá de su eficacia en la gestión de los asuntos públicos. No necesitamos un secretario o secretaria de economía, sino una persona, un técnico si hiciera falta, con amplios conocimientos de la política europea y con un claro compromiso por tratar de resolver los problemas de nuestra economía.
El nuevo presidente de Gobierno debe ponerse por delante de los tiempos que marca la transición de un gobierno. Sus ministros deben estar entrenados en menos de un mes porque la sensibilidad de los inversores es máxima y cualquier duda puede traducirse en un encarecimiento de la retribución de nuestra deuda.
2.- Sería bueno que, desdel primer momento, corrija el discurso de algunos responsables del PP en el sentido de que esta crisis es semejante a la que se encontraron en 1996 y que basta transmitir confianza y algunas decisiones para afrontarla. Para ello, Mariano Rajoy debe tener más carácter y decisión del que ha mostrado en los últimos tiempos a la hora de resolver algunos graves problemas que han afectado al su partido por el comportamiento de algunos de sus líderes o responsables.
3.- Finalmente, el nuevo presidente de gobierno español debe sacar partido de su mayoría absoluta y responder a lo que le pide una gran parte de los ciudadanos españoles: lograr pactos de estado para resolver los asuntos más graves y delicados como la reforma de la administración pública. La legislatura se le va a hacer muy larga, sin duda, al Partido Popular y debería hacerse acompañar en las decisiones más graves por el partido de la oposición. De lo contrario, debe tenerlo muy claro Mariano Rajoy, esta crisis puede desgastarle mucho antes de lo que imagina. Mañana mismo debe tomar la iniciativa para buscar el pacto y apoyo del principal partido de la oposición.
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