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Los españoles votan hoy sumergidos en una crisis de extrema gravedad que lleva a PSOE y PP a medirse con una brecha hasta ahora desconocida en los sondeos. Todos pronostican una amplia victoria de Mariano Rajoy, que en su tercer intento por alcanzar la Presidencia podría marcar una distancia de entre 13 y 17 puntos frente a Alfredo Pérez Rubalcaba. Podría ser una noche de récords. Los 'populares' aspiran por primera vez a romper el techo marcado por Felipe González en 1982 con 202 diputados, mientras que los socialistas podrían caer por debajo del pozo de los 125 cosechados por Joaquín Almunia en 1995.
35,7 millones de personas están llamadas a elegir al hombre que deberá abordar los profundos problemas que afectan a España: cinco millones de parados, desajuste de las cuentas públicas, la deuda nacional acosada por los mercados. El próximo Ejecutivo también tendrá un papel determinante en la construcción de un gobierno económico europeo para coordinar las políticas de los diversos países, armonizar los impuestos y consolidar el euro.
Recetas contra la crisis
Se trata de una elección crítica en un momento en el que la crisis obliga a una revisión del modelo de Estado y de los valores colectivos, en el que las recetas que se apliquen determinarán el patrón de la nación. Durante la campaña Mariano Rajoy ha seducido a los ciudadanos para que se "sumen al cambio", y ha insistido en la creación de empleo y la contención del gasto público como fórmula para sacar del ahogo al sector privado, pero el hostigamiento de los mercados a España incluso se ha intensificado frente a su pretensión de devolver la confianza. En vista de lo sucedido en Grecia e Italia, donde los tecnócratas han tomado el timón, ha reivindicado el papel de los políticos. Y advierte a los votantes que no esperen milagros, se niega a fechar la llegada de las mejoras económicas y admite que los nuevos puestos de trabajo podrían hacerse esperar hasta 2012. Además, sus contrincantes le han reprochado su ambigüedad ante cuestiones esenciales como las prestaciones de sanidad y educación, la reforma laboral o el salario de los funcionarios.
Rubalcaba ha puesto el acento en afrontar la crisis "sin dejar atrás a nadie", ha agitado el fantasma del 'programa oculto' del PP y ha esgrimido su papel como ministro del Interior y, en consecuencia, conductor de los pasos que han llevado al anuncio del cese de la "actividad armada" de ETA. "Pelea por lo que quieres", clama su eslogan. En los últimos días de campaña incluso ha llamado a "votar con el corazón", argumentos valiosos pero débiles ante el simple hecho de que hasta julio formó parte del gobierno al que muchos ciudadanos culpan de la crisis.
Prueba de ello es la práctica ausencia de José Luis Rodríguez Zapatero durante toda la campaña. El presidente del Gobierno sólo ha compartido un mitin con Rubalcaba, en Málaga, y han despedido sus actos a cientos de kilómetros: uno en Fuenlabrada (Madrid) y el otro en su León natal.
La magnitud de la derrota que prevén los sondeos determinará la hondura de la crisis dentro del PSOE, que tendrá que afrontar un Congreso Federal en los próximos meses para perfilar su futuro. En estas circunstancias, los socialistas volverán a ser evaluados por los votantes en su plaza más inexpugnable, Andalucía, que celebrará elecciones autonómicas previsiblemente antes de abril.
Caras nuevas en el Congreso
En este contexto, es previsible que el próximo Gobierno tenga que adoptar medidas impopulares para las que necesitará un amplio respaldo entre la ciudadanía, ante las eventuales protestas sociales, y en el Parlamento, ante la profundidad de las reformas. El Congreso que se constituirá el 13 de diciembre promete grandes novedades. Todo apunta a que el descontento social se traduzca en fuertes ascensos para partidos ahora minoritarios.
Con Cayo Lara al frente de las listas de Madrid y su único diputado en la última legislatura, Gaspar Llamazares, en las de Asturias, Izquierda Unida parece lanzada a conseguir un grupo propio en la Cámara Baja. No sólo lo dicen las encuestas, sino que un banco también confió en su ascenso hasta el punto de concederles un crédito de 1,6 millones de euros para la campaña. Con el lema 'rebélate', los de IU pescan en el caladero del movimiento 'indignado' eclosionado una semana antes de las elecciones municipales y autonómicas de mayo.
El desencanto por PSOE y PP también se manifestará en el previsible auge de UPyD. La ex dirigente socialista Rosa Díez dejará de ser la única representante 'magenta' en el Congreso y se enfrenta a la coyuntura de consolidar su partido a nivel nacional.
Regreso de la izquierda abertzale
La paradójica fecha del 20 de noviembre será también la del regreso de la izquierda abertzale a las Cámaras. Tras varios años de ausencia -en 2004 por decisión propia y después por la Ley de Partidos-, los simpatizantes de esta opción política podrán votar a Amaiur en el País Vasco y Navarra. Si su respaldo no alcanzara para formar un grupo parlamentario propio, como prevén los sondeos, se abre la incógnita de las posibles alianzas con otros diputados.
El elenco nacionalista se completará con CiU, que prevé mejorar sus resultados de 2008 pero tiene la duda de su relevancia a la espera de conocer el peso del partido ganador, PNV, que vigila un sensible trasvase de sus votos al nacionalismo radical de Amaiur, ERC, que podría perder uno de sus tres diputados, y Coalición Canaria, quien atiende a las consecuencias de su apoyo a Zapatero en la última legislatura.
El puzzle podría completarse caras nuevas de Foro Asturias, el partido fundado por el ex secretario general del PP y ahora presidente del Principado Francisco Álvarez-Cascos, y Equo, que intenta aglutinar el atomizado voto ecologista.
La voz de los 'indignados'
Hoy también habrá que prestar atención al movimiento del 15-M, que no pide el voto para ninguna formación pero cuyo descontento tratan de recoger diversos partidos. Las opciones de voto en blanco y nulo, posibles expresiones de 'indignación', representaron en 2008, el 1,12% y el 0,64%, respectivamente. Y habrá que medir las abstenciones, que en la última llamada a las generales sumaron el 24,68%. Como anticipo, cabe reseñar que este año se han producido 88.000 peticiones menos de voto por correo.
Durante las dos últimas semanas los candidatos han tratado de conquistar el voto en mítines y micromítines (aportación del PSOE), actos sectoriales, entrevistas en radio, televisión y prensa escrita y en un debate entre Rubalcaba y Rajoy, sólo uno frente a los tres que contuvo la campaña de 2008 y otro a cinco. Pero esta vez también se han metido en los bolsillos de los posibles votantes a través de sus teléfonos móviles. La caza del voto en las redes sociales ha sido una novedad cuyo alcance habrá que estudiar, así como si éstas son realmente una herramienta de mayor transparencia. En la mano de los electores está.
ELEECIONES 20N
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