La izquierda francesa calificó hoy de "nauseabundas" y racistas las declaraciones del ministro de Interior, Claude Guéant, en las que dijo que si se da el voto a los extranjeros la comida 'halal' será obligatoria.
Manuuel Valls, director de comunicación del candidato socialista a las presidenciales, François Hollande, dijo que "son declaraciones nauseabundas, a imagen de la campaña de Nicolas Sarkozy" y que no extrañan en boca de Guéant, en alusión a otras polémicas por el tono marcadamente derechista del ministro conservador.
En una entrevista a la emisora de radio Europe 1, Valls añadió que el titular de Interior "sería mejor que se ocupara de luchar contra la inseguridad y la delincuencia".
Y estimó que su comentario de ayer es una forma de "distraer la atención de los franceses de lo esencial: el paro, la precariedad, el poder adquisitivo que baja, el temor del futuro".
El antiguo líder trostkista Olivier Besancenot criticó a Guéant por haber decidido hacer campaña "en un terreno preciso, el terreno del racismo y de la islamofobia" en el que pretende competir con la candidata de la extrema derecha a las presidenciales, Marine Le Pen, en otra entrevista a "RTL".
El ministro, que es desde hace muchos años uno de los más próximos colaboradores del presidente francés, Nicolas Sarkozy, en un mitin en favor de éste ayer cerca de Nancy (noreste de Francia) cargó contra la propuesta de los socialistas de conceder el derecho de voto a los extranjeros extracomunitarios en los comicios municipales.
"Aceptar el voto de los extranjeros, es la puerta abierta al comunitarismo. No queremos que concejales extranjeros hagan obligatoria la comida halal en los comedores escolares" o que las piscinas municipales se impongan reglas contra el acceso mixto de hombres y mujeres, señaló.
El ministro, que se ha significado entre otras cosas por su política de expulsión de clandestinos, puso el acento en que "los extranjeros deben aceptar nuestras reglas, son ellos los que tienen que adaptarse".
Y señaló que mientras los inmigrantes suponen un 5,8 % de la población en Francia, representan un 13 % de las personas condenadas.
Fuente: elmundo.es
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