Moham está muy apenado. Tenía
ganas de ver a su tía que está enferma. Sólo trescientos metros les
separan, pero no pueden verse. Ella duerme en el cuartucho de un hostal
con otras siete personas, cerca de la estación de autobuses de Nador. Él
junto a sus primos en una habitación del Centro de Estancia Temporal de
Inmigrantes (CETI) de Melilla: "Me da mucha pena.
Ellos vienen de una
guerra; no tienen casa; lo han perdido todo. Tienen sus papeles y
documentación siria, sólo quieren reunirse con los suyos, con nosotros, y
ser refugiados en Europa. No son delincuentes, sólo familias con
miedo", comenta el joven Moham, que asegura que la situación mental de
muchos de ellos es muy precaria, ya que sienten que noterminan de dejar
atrás la guerra y el sufrimiento.
El pasado
jueves, España y Marruecos se vieron obligados a cerrar el principal
paso aduanero entre las ciudades de Melilla y Nador. Un numeroso grupo
de familias sirias intentaba de forma descontrolada y a la carrera
acceder a suelo español, después de que no se les dejara pasar con la
documentación legal siriaque portaban.
Al menos la
mitad de ellos eran niños de corta edad que llevan sobreviviendo hasta
seis meses, en algunos casos, en hostales, pensiones y residencias de la
provincia marroquí de Nador a la espera de poder acceder a Europa.
Todos tienen familiares en Europa, la mayoría de ellos no quiere
quedarse en España, sino que desean reunirse con sus parientes en
Francia, Bélgica, Holanda o Alemania; y una vez allí tramitar su
petición deasilo.
En el lado
español, una veintena de jóvenes sirios, la mayoría menores de edad,
esperaba con ansia e inquietud poder abrazarse a sus familiares y
compatriotas. Entre ellos, Moham y Khaled. Estos adolescentes son primos
entre ellos y sobrinos de Manar Almustafa, la ciudadana siria que llegó
a Melilla con el 90% de su cuerpo quemado y que el pasado mes de
diciembre logró, después de denunciar públicamente su caso, ser acogida
en la España peninsular.
Diferentes instituciones
defensoras de los derechos humanos a ambos lados de la frontera cifran
en más de 1.500 los ciudadanos de nacionalidad siria que han dejado su
tierra, han recorrido todo el norte de África buscando entrar en el
continente europeo y que ahora malviven en la comarca occidental del
reino alauí.
Bloqueados, sin encontrar fin a su
calvario y dependiendo casi exclusivamente de pagar por documentación
marroquí falsa para acceder a suelo español, estos supervivientes
empiezan a perder laesperanza, la paciencia y, en algunos casos, la
cabeza.
Cuentan que la mayoría de las familias que luchan por
acceder a Melilla proceden de Homs, la ciudad másdevastada por los
bombardeos en Siria. Casi todos han visto morir a familiares y amigos, y
han perdido sus hogares o sus negocios.
"No son
delincuentes ni están locos", asegura Khaled, sólo están desesperados
por tener que permanecer en Marruecos y comprobar que su huida parece no
acabar nunca: "No están movidos por mafias ni quieren hacer ningún mal
en la frontera. Ellos quieren terminar su camino; dejar de huir.
Descansar en Europa hasta que termine la guerra y luego intentar volver
si queda algo".
Moham está muy apenado. Tenía ganas
de ver a su tía que está enferma. Sólo trescientos metros les separan,
pero no pueden verse. Ella duerme en el cuartucho de un hostal con otras
siete personas, cerca de la estación de autobuses de Nador. Él junto a
sus primos en una habitación del Centro de Estancia Temporal de
Inmigrantes (CETI) de Melilla: "Me da mucha pena. Ellos vienen de una
guerra; no tienen casa; lo han perdido todo. Tienen sus papeles y
documentación siria, sólo quieren reunirse con los suyos, con nosotros, y
ser refugiados en Europa. No son delincuentes, sólo familias con
miedo", comenta el joven Moham, que asegura que la situación mental de
muchos de ellos es muy precaria, ya que sienten que noterminan de dejar
atrás la guerra y el sufrimiento.
Al día siguiente,
en Nador, Abdelkader desayuna en un cafetín con dos de sus hijos. Él
también tiene parientes en el CETI y su intención es llegar hasta
Bélgica donde le espera su hermano que vive allí desde hace cinco años.
Le llama la atención la cantidad de miseria y necesidad que ve a su
alrededor, pero no entiende por qué ellos, que huyen de una guerra,
tienen que pagar a intermediarios para que les proporcionen
documentación falsa para cruzar las fronteras, mientras que todo el
mundo puede hacerlo con sus papeles: "Somos refugiados. Hemos perdido
nuestra tierra y nos obligan a llegar hasta aquí deforma clandestina.
Estamos a un paso de ver a nuestras familias y tenemos que seguir aquí
sin poder hacernada".
La Agencia de la ONU para los
Refugiados (ACNUR) lleva meses denunciando la situación de los
desplazados sirios en Melilla y Marruecos. Estas personas, en su mayoría
niños, huyen de una masacre que ha destruido más de 500.000 hogares y
que ha generado 6,5 millones de desplazados internos y 2,5 millones de
personas que han dejado su tierra y han sido registrados como refugiados
o solicitantes deasilo en diferentes países del mundo.
Por su parte, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), el
Consejo Europeo de Refugiados y Exiliados (ECRE) y la organización Accem
instan en un comunicado a la Comisión Europea a que investigue de forma
inmediata las posibles vulneraciones de las disposiciones contenidas en
la Directiva sobre procedimiento de asilo y en la Directiva de retorno y
el Código de fronteras Schengen, especialmente en lo referido al acceso
al procedimiento de protección internacional y al acceso a unrecurso
efectivo.
elDiario.es
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