El compromiso y la solidaridad de Europa en el reparto de demandantes de asilo, en la mayor crisis mundial de refugiados, llega al papel. Ayer, tras discusiones que se alargaron hasta la madrugada, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea llegaron a un acuerdo: aceptan el reparto de 40.000 refugiados llegados a Italia y Grecia, pero de forma voluntaria, en contra de la
propuesta de la Comisión Europea de establecer una distribución obligatoria por cuotas. La decisión ha desatado el enfado del primer ministro italiano, Matteo Renzi: "Si quieren que sea voluntario nos apañaremos solos", aseveró, según ha podido saber el diario El Mundo.
Será un mecanismo "temporal y excepcional" para ayudar en la acogida de refugiados a los países que asumen el mayor número de llegadas irregulares por su posición geográfica (Italia y Grecia). Después de meses de quejas del resto de Estados miembros ante las cuotas obligatorias establecidas en el plan inicial de la Comisión Europea, los líderes europeos no se han puesto de acuerdo a la hora de establecer un criterio determinado de reparto con lo que, finalmente, cada Gobierno será libre de decidir el número de asilados que asumirá.
Según ha publicado El Mundo, Renzi explotó ante la falta de compromiso firme de sus homólogos europeos durante la reunión de este jueves. "Si esa es su idea de Europa, adelante, así sea. Pero o hay solidaridad o no nos hagan perder el tiempo", espetó ante el resto de líderes.
Los estados miembro tendrán un plazo de dos años para acoger de manera escalonada a estas personas "en clara necesidad de protección internacional". El presidente del Consejo, Donald Tusk, había avisado antes de la reunión de que sustituir las cuotas obligatorias por un sistema voluntario, como defiende por ejemplo España, sólo será creíble si todos los Estados miembros dicen antes de finales de julio a cuántos de estos solicitantes de asilo están dispuestos a acoger.
En las negociaciones para distribuir la acogida de los demandantes de asilo –que corresponderá a los ministros de Interior de la UE, antes de que acabe el mes de julio– se tendrá en cuenta la situación especial de Hungría y Bulgaria, países "fuertemente tocados" por la alta migración.
En total, la Unión Europea afirma que se propone dar acogida a 60.000 refugiados,
según recoge la nota de prensa del Consejo Europeo sobre el acuerdo de ayer, ya que los líderes han aceptado "el principio de que todos" participarán en el reasentamiento de 20.000 personas desplazadas y en necesidad de protección. Este programa ya era voluntario en la propuesta de la Comisión Europea.
El reparto de demandantes de asilo será complicado: todos los estados de la UE han mostrado su disconformidad con las cuotas que había propuesto la Comisión para el reparto de los 40.000 asilados y pedían recibir menos asilados. Ahora, dicen que se comprometen a mantener la cifra de demandantes, pero con un plan voluntario.
La Comisión critica el "modesto" esfuerzo
El presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, que ha visto cómo se eliminaba su propuesta de cuotas obligatorias, ha asegurado que le "importa un carajo" si se hace de manera obligatoria o voluntaria, siempre que se cumpla con el objetivo final. "Me preocupan los 60.000, no los Veintiocho", ha ironizado.
Según el último informe anual de Anur, en 2014 se alcanzó el mayor número de personas desplazadas de sus hogares jamás registrado, con cerca de 60 millones de afectados en el mundo.
Juncker también ha lamentado el "modesto" esfuerzo asumido por los Estados miembros y ha criticado que la discusión se haya prolongado durante horas para decidir sobre el carácter voluntario del sistema.
"Que nos lleve horas ponernos de acuerdo demuestra que Europa no está a la altura de las ambiciones que promulga cuando se expresa de cara al exterior", ha dicho en una rueda de prensa al término de la reunión.
El jefe del Ejecutivo comunitario ha avisado, además, de que sigue adelante con el plan de presentar a finales de año una propuesta para un mecanismo "definitivo" y que entonces participará también el Parlamento Europeo en el proceso de decisión.
Juncker y Tusk, que han comparecido juntos en la rueda de prensa final, han negado un enfrentamiento entre ambos a cuenta de la inmigración durante la sesión con los Veintiocho. "No ha habido ningún conflicto entre nosotros", ha afirmado Juncker.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha admitido que "la cuestión de si el reparto (de refugiados) es voluntario o no voluntario es algo sensible". A su juicio, la "buena noticia" es que todos los países se han comprometido a acoger refugiados y "eso en si mismo es un mensaje positivo". "La cuestión de los refugiados es el mayor reto para la UE desde que llegué al cargo", ha sostenido Merkel.
El presidente francés, François Hollande, ha reconocido que "la discusión ha sido larga y ha tenido algunos momentos de tensión", incluso entre Tusk y Juncker, que según ha dicho defendían respectivamente el papel del Consejo Europeo y el de la Comisión.
Hollande ha resaltado que el carácter voluntario de la acogida no puede servir como excusa para que los países no hagan nada. Cada Estado miembro deberá decir qué cantidad está dispuesto a asumir de los 40.000. Después la Comisión analizará "si la suma de los compromisos alcanza la cifra prevista" y "si no es el caso, se tendrán que aplicar correcciones".
Más consenso en la expulsión de inmigrantes
El consenso entre los Veintiocho ha sido más claro en la necesidad de reforzar la lucha contra "las mafias" que operan en el Mediterráneo y también de mejorar la colaboración con los países de origen para frenar la salida de inmigrantes irregulares.
Por ello, los líderes se comprometen a "movilizar todos los instrumentos disponibles" para promover la readmisión de los inmigrantes irregulares en los países de origen y tránsito.
Las políticas eficaces de retorno, readmisión y reintegración de quienes no cumplen los requisitos para ser considerados refugiados es "fundamental" contra la inmigración ilegal y contra las mafias, según el texto pactado por los Veintiocho.
Sobre este asunto, Tusk ha destacado el ejemplo de España, cuya experiencia para hacer frente a la presión migratoria en Canarias en los años pasados ha sido expuesta ante sus socios por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. "Europa tiene que aprender de este tipo de lecciones", ha dicho Tusk en referencia a España y los acuerdos de repatriación que tiene con países terceros como Marruecos.
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