La forma de combatir el racismo, la xenofobia y el antisemitismo en Internet sin atentar contra la libertad de expresión se debate en una conferencia internacional abierta en París, con la participación de los 55 países de la OSCE, la sociedad civil y los proveedores de acceso a la red.
La reunión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) sobre la relación entre la propaganda racista, antisemita y xenófoba en internet y los delitos de odio sigue a la organizada sobre el antisemitismo en Berlín el pasado abril y precede a otra sobre el racismo prevista en Bruselas en septiembre.
“La intolerancia ha progresado en casi todas partes en Europa en estos últimos años apoyándose en particular en el instrumento a la vez extraordinario y nuevo de Internet”, dijo el ministro francés de Exteriores, Michel Barnier, al abrir la reunión.
Tras recordar que, según un estudio en 15 países de la OSCE, el número de sitios violentos y extremistas creció un 300 por ciento entre 2000 y 2004, Barnier afirmó que el “secuestro de internet por las redes de la intolerancia”, “seducidas por la inmediatez y el anonimato” de la red, exige “una respuesta a la altura” del desafío.
“Estamos aquí para combatir declaraciones que, proferidas y a veces repetidas, pueden conducir al crimen”, agregó el ministro, convencido de que hay una relación clara entre la propaganda racista, antisemita o xenófoba y los crímenes de odio.
Para Francia, que ha reforzado su dispositivo de control y sanción de contenidos ilícitos en Internet, lo que se discute no es la libertad de expresión sino la incitación a los actos.
“Cuando el insulto conduce al crimen, cambia de naturaleza: se convierte en un verdadero acto de premeditación intelectual”, señaló el jefe de la diplomacia francesa.
Código de conducta. Tras indicar que la prevención es indispensable pero insuficiente, Barnier abogó por la elaboración de un código de conducta, en la que participen los Estados, las organizaciones no gubernamentales y los proveedores de acceso a Internet.
Su colega búlgaro y presidente en ejercicio de la OSCE, Solomon Passy, puso el dedo en la llaga de la dificultad del combate, dadas las diferencias entre los defensores de la regulación y represión, como Francia, y los que, como Estados Unidos, dan la primacía a la libertad de expresión, consagrada en la primera enmienda de la Constitución norteamericana.
“No se trata de restringir la libertad de expresión ni de regular a ultranza. Pero tampoco se puede dejar la puerta abierta a los abusos”, dijo el ministro búlgaro de Exteriores, y subrayó que “la libertad de expresión no quiere decir un derecho ilimitado a propagar el odio”.
Estados Unidos mantiene sus dudas
El secretario adjunto de Justicia de EU, Dan Bryant, dejó claro que su país se opone a la regulación de Internet que, a su juicio, es una vía errónea para combatir la intolerancia.
Más de 300 personas asistieron a la reunión articulada en cuatro sesiones sobre los marcos legislativos nacionales e internacionales sobre la propaganda racista, antisemita y xenófoba en Internet y los crímenes conexos; la relación entre la primera y los segundos; la cooperación entre los sectores privado y público en la lucha contra la intolerancia en la red; y la promoción de la tolerancia.
Además, ONGs o instituciones internacionales han programado talleres de discusión, incluido uno del Consejo de Europa sobre la relación entre terrorismo y la propaganda de odio en la red.
Otro, del Centro Europeo Judío de Información, se centra en cómo combatir la difusión de la propaganda racista y antisemita en Europa a través de las cadenas de televisión por satélite.
Con motivo de la conferencia, a la que además de los países de la OSCE participaron representantes de los seis socios de la organización —Marruecos, Argelia, Túnez, Egipto, Jordania e Israel—, la Comisión Nacional Consultiva francesa de Derechos Humanos difundió hoy un informe sobre la proliferación de sitios francófonos racistas y antisemitas y de mensajes de esta índole en los lugares de chat.
El análisis de los discursos racistas, xenófobos o antisemitas en el foro fr.soc.politique —donde hay la mayor parte de los insultos de este tipo de los 334 foros de discusión francófonos— muestra que en 2002, 2003 y 2004 el primer blanco del odio son los árabes y los musulmanes, seguidos, en segundo lugar, por los judíos.
En 2003 y 2004, los estadunidenses reemplazaron a los inmigrantes en el tercer lugar, y este año, la xenofobia contra los británicos aparece en cuarto lugar, empatada con el racismo contra los negros, según el estudio.[Fuente:Crónica.com]
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