Bruselas- La Comisión Europea calificó ayer de «tragedia» la muerte de los cinco inmigrantes en la valla de Ceuta y aseguró que estos hechos demuestran la necesidad de que todos los países de la Unión Europea (UE) afronten de manera conjunta el fenómeno de la inmigración. Según el comisario europeo de Seguridad, Libertad y Justicia, Franco Frattini, lo ocurrido ayer vuelve a demostrar «la urgente necesidad de una auténtica y efectiva gestión de los asuntos de inmigración». Actualmente, las políticas de inmigración, como recordó la portavoz oficial de la Comisión, Françoise Le Bail, son competencia de cada Gobierno europeo. Pero la continua llegada de inmigrantes ilegales a las costas españolas o italianas ha llevado a los países europeos y a la propia Comisión a intentar impulsar en los últimos años una respuesta común. Frattini recordó en este sentido que la Comisión Europea está trabajando para crear una política de inmigración europea.
Como medidas concretas, Frattini citó ayer la «consolidación» de los sistemas de inmigración legal, el establecimiento de un régimen de asilo eficaz «que ofrezca protección a los grupos vulnerables» y también el reforzamiento del diálogo sobre inmigración con los países vecinos, en este caso Marruecos.
Respecto a lo ocurrido ayer en la frontera con Ceuta y al despliegue del Ejército, la portavoz Françoise Le Bail aseguró que es necesario tomar «medidas de seguridad», aunque precisó, como es obvio, que éstas deben ser «proporcionadas». En cambio, evitó pronunciarse de manera precisa sobre si la llegada masiva de inmigrantes a Ceuta puede estar provocada por el proceso de regularización de inmigrantes llevado a cabo en España a comienzos de año.
Dadas las aún limitadas competencias comunitarias en materia de inmigración, en el actual problema que sufre España «nada se puede hacer de forma inminente» a nivel europeo, agregaron los expertos. Es un ejemplo más de la necesidad de un «reparto de las cargas» que genera la inmigración en la UE y que soportan en su mayor parte los países que sufren directamente este problema –España, Italia o Malta– y que llevan años pidiendo una mayor solidaridad del resto de socios comunitarios.
Los Estados miembros decidieron hace casi dos años crear una Agencia de control de fronteras exteriores, que comenzó a operar el pasado mes de mayo en Varsovia, pero con apenas una docena de expertos y aún escasa capacidad. Cuando la Agencia esté completamente operativa, dispondrá de una red de expertos que podrá enviar para apoyar la labor de un Estado miembro en caso de necesidad, pero siempre a petición de las autoridades nacionales. Contará con una «especie de cuerpo de fronteras europeo», pero no se desplazarán masivamente a las fronteras exteriores. Fuente: La Razon
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