La globalización de los mercados de trabajo y el desarrollo económico experimentado por España han impulsado uno de los mayores y más apreciables cambios sociales de la historia del país: el aumento de la inmigración. Este fenómeno ha tenido una especial incidencia en Canarias, en gran medida por el carácter fronterizo del Archipiélago, que se alza como una de las principales puertas de acceso a la Unión Europea. Hoy, los 179.493 extranjeros residentes en Canarias -según datos de 2003- constituyen el 9,4 por ciento del total de la población canaria, establecida actualmente en unos 1.894.868 individuos.
Esta proporción resulta casi idéntica al referirnos al número de altas en el sistema de la Seguridad Social correspondientes a extranjeros en Canarias: un 9,3 por ciento -cerca de una de cada diez- han sido tramitadas por foráneos, superando en más de tres puntos la media española. De este modo, los extranjeros dados de alta en la Seguridad Social en las Islas pasaron, en cuatro años, de los 33.549 registrados en 1999 a los 61.768 de 2003. Su número casi se ha doblado. Artículo completo
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