Por tierra, mar y aire

La decisión de Bush (en materia de inmigración, más moderado que gran parte de su partido republicano) de mandar 6.000 efectivos de la Guardia Nacional a reforzar las patrullas en los 3.200 kilómetros de frontera con México, para evitar la entrada de inmigrantes ilegales, guarda cierto paralelismo con la del Gobierno de Zapatero de utilizar satélites, barcos y aviones de reconocimiento para frenar la llegada de sin papeles a Canarias. La Cámara de Representantes en EE UU había acordado elevar una verja a lo largo de 1.000 kilómetros (ya existen 170 kilómetros) de esa frontera; el Senado la ha rebajado a 600 kilómetros (junto a otros 800 kilómetros de obstáculos al paso de vehículos). Bush, que en marzo consideró "impracticable" todo muro de este tipo, ahora lo apoya para lograr concesiones sobre la legalización de muchos irregulares. elpais.es

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