Victoria Lafora
La cumbre celebrada estos días en Rabat entre la Unión Europea y varios países del África Occidental, que tan poca dedicación y espacio ha tenido en los medios de comunicación, ha supuesto, sin embargo, que se den los primeros pasos hacia un intento de mitigar en origen el problema de la inmigración ilegal. O sea, el drama de los asaltos a la valla de Melilla o la llegada masiva de cayucos a Canarias.
Porque los partidos políticos sólo se acuerdan del drama de los inmigrantes, tratados como ganado por las mafias de sus países, cuando aparece una patera cargada de cadáveres o cuando cientos de ciudadanos negros consiguen adentrarse en el Atlántico y aparecer en Canarias dispuestos a dar el salto a la Península porque no se les puede devolver a sus países de origen. la opinion de malaga
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