La Unión Europea ha concluido este viernes la vigilancia de las costas de Mauritania y Senegal. Con el fin de la misión Frontex, España vuelve a quedarse sola en la protección de Canarias frente al tráfico de las mafias de la inmigración ilegal. El presidente Rodríguez Zapatero aseguró este viernes en Bruselas que el desafío de la inmigración ilegal es una de sus prioridades de Gobierno. Justo a continuación, se retiran de la zona el avión y la patrullera Ubaldo Diccioti, ambos aportados por Italia, los únicos recursos que el Gobierno Zapatero consiguió obtener en su política de implicación de la UE en la crisis humanitaria provocada por la avalancha de pateras al Archipiélago. Finlandia prometió un avión que nunca llegó y Portugal aportó una corbeta, pero sólo para vigilar las costas de Cabo Verde.
El Gobierno español debe hacer frente a partir de este sábado a la oleada de inmigración ilegal con los medios propios, ya que la Agencia Europea de Fronteras Exteriores ha retirado el dispositivo de vigilancia que controlaba las costas africanas. Si bien, tan sólo Portugal e Italia habían aportado medios materiales, aunque de manera muy escasa. Así las cosas, la vigilancia de las costas canarias y africanas quedará a cargo de España y Senegal. En total, estarán operativas tres embarcaciones, dos helicópteros, siete patrulleras y un avión.
La medida confirma lo anunciado por el director ejecutivo de la Agencia Ilkka Laitinen, quien recordó que "el control de las fronteras exteriores recae en los Estados miembros" y que la Agencia juega un papel "complementario".
El operativo Hera II de control y vigilancia de las aguas de Senegal y Mauritania puesto en marcha por la Agencia Europea de Fronteras Exteriores (Frontex) en coordinación con los propios países africanos para evitar la salida de cayucos concluyó ayer, con lo cual, tras la retirada del avión y la patrullera italianas que operaban en la zona, el Gobierno español se ha quedado solo con sus propios medios y con los que aportan los países africanos en esta tarea.
Hasta ahora, tan sólo Portugal e Italia habían aportado medios materiales al Frontex, aunque de manera muy escasa. El barco portugués, la corbeta Baptista de Andrade, que fue destinada al archipiélago de Cabo Verde, regresó a Lisboa a las pocas semanas, tras constatarse que estas islas no eran usadas por los cayucos ni siquiera como escala, y el avión prometido por Finlandia no llegó nunca. El resto de medios europeos se limitaban a un avión y un barco italianos, la patrullera Ubaldo Diccioti, pero desde ayer ninguno de los dos se encuentra en la zona oficialmente.
Así las cosas, la vigilancia de las costas africanas queda a cargo de tres embarcaciones (dos patrulleras y el barco Petrel) y dos helicópteros españoles, uno de la Policía Nacional en Senegal y otro de la Guardia Civil en Mauritania, mientras que el régimen de Nuakchot aporta cuatro patrulleras (en realidad se las ha cedido España) y Senegal un avión y otras tres patrulleras.
Este operativo, que funciona con plena eficacia desde el pasado mes de septiembre ha estado desplegado durante tres meses con un presupuesto de 3,5 millones de euros y 32 personas de la propia Agencia de Fronteras implicadas en él. Ahora habrá que esperar a una decisión de la UE para que vuelvan los barcos europeos, lo que podría ocurrir en mayo. [libertaddigital]
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