La avalancha de bolivianos se duplica con 25.000 llegados en diciembre.

Las agencias de viajes reactivan la vieja ruta alternativa vía Amsterdam por la fuerte demanda

MADRID- El tiempo se acaba. La «valla» fronteriza que supone para los bolivianos que Europa exija a partir del 1 de abril la obligatoriedad del visado para entrar en países de la UE ha servido como revulsivo para que más compatriotas se animen a cruzar el charco y prueben fortuna en España. Si en octubre pasado ya se hablaba de «avalancha» por la llegada a través del aeropuerto de Barajas de 15.000 bolivianos al mes, la dimensión del fenómeno ha aumentado hasta casi duplicarse. Fuentes policiales alertaron de que el número de llegadas que se registró en el mes de diciembre fue de unos 25.000 bolivianos. «Ha aumentado el flujo y no se ha incrementado el número de efectivos policiales dedicados al control», dijeron las mismas fuentes.
   La Policía también ha detectado que la alta demanda ha recuperado una vieja ruta de entrada vía Amsterdam para acceder a España. «Las mismas agencias de viajes que se instalaron en Colombia y Ecuador los meses previos a que entrase en vigor la exigencia de visado a ciudadanos de estos países, ahora están implantadas en Bolivia aprovechando el tirón de la demanda, cuando ya quedan poco más de dos meses para que entre en vigor el veto que cortará casi de raíz las llegadas masivas. Ellas son las que venden los billetes para Amsterdam».
   Desde que se conoció que la UE y España tenían previsto exigir visa a los bolivianos, han aumentado de tal manera las solicitudes de pasaportes y de vuelos a Madrid que Aerosur se planteó incrementar de tres a seis sus viajes semanales a Madrid. No obstante, es ya la que más pasajeros traslada a España: 1.200 a la semana, según un informe de la Comisaría General de Extranjería que recoge estas estimaciones.
   El planteamiento lo hizo el pasado septiembre, pero un portavoz de Aerosur informó a LA RAZÓN de que ese incremento del traslado de pasajeros no se ha producido, aunque la compañía informa en su página web del aumento de vuelos desde Paraguay a Madrid, otro de los países de los que España recibe un fuerte flujo de inmigración irregular que también está entrando de forma intensa y persistente.
   Pero no solamente la Policía, también las asociaciones que trabajan con bolivianos en su acogida e integración, como Acobe, se han percatado del incremento desorbitado de llegadas desde que se conoció el día 1 de diciembre pasado la fecha en que se impondría la exigencia de visado. La asociación se ha visto obligada a limitar el acceso a los cursos de integración laboral que organiza todos los jueves para los bolivianos que llevan menos de dos meses en España. Las 60 plazas de las que disponen están cubiertas.
   Mari Luz Valdivia, portavoz de Acobe, explicó que ya desde agosto pasado, mes en que la vicepresidenta del Gobierno informó en su viaje a Bolivia de que se iba a exigir visado, no han parado de recibir correos electrónicos solicitando información de bolivianos sobre la fecha de imposición de la medida restrictiva. Y, una vez hecho público que sería el 1 de abril, las consultas se centran en cómo llegar a España con las mayores garantías para no ser rechazado en los controles policiales. Acobe aconseja a los bolivianos que quieren venir a España que, además de cumplir con el requisito de disponer de un billete de ida y vuelta, vengan con una carta de invitación firmada ante notario.
   Los bolivianos son los únicos ciudadanos de los cuatro países que componen la Comunidad Andina de Naciones (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú) a los que actualmente no se les exige visado. La nueva obligación promovida, entre otros, por Francia y por España, se basa en la fuerte presión migratoria que están ejerciendo. Los inmigrantes del país andino entran como turistas y sólo se les exige el pasaporte, un billete de vuelta, 300 euros (el mínimo para tres meses de estancia) que les prestan las mafias con intereses si no cumplen los plazos de pago establecidos, y responder a preguntas sencillas de los agentes policiales como, por ejemplo, «¿dónde se aloja usted?». [la razon]

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