2008 no fue buen año para los españoles, tampoco para los inmigrantes. En concreto, un 54 por ciento más respecto a 2007 decidieron volver a sus países de origen, acogiéndose al plan de retorno voluntario. El plan, que arrancó hace seis años, está financiado por la Secretaria de Estado de Inmigración y no tiene ninguna relación con el programa de retorno para trabajadores extranjeros en paro, puesto en marcha por el Gobierno dos meses atrás.
La situación económica, fundamentalmente, está detrás del aumento de beneficiarios registrado en 2008, y podría haber sido aún mayor ya que la lista de espera se sitúa en torno a las dos mil personas. En 2008 se acogieron al retorno voluntario más de 1.800 inmigrantes, frente a los 1.184 del año anterior.
La cifra apenas alcanzó los seiscientos inmigrantes durante el primer año de funcionamiento del programa, cuya ejecución corre a cargo de distintas organizaciones humanitarias y no gubernamentales. Los únicos requisitos exigidos a los inmigrantes son encontrarse en una situación de carencia y vulnerabilidad social y haber permanecido en España durante un periodo mínimo de seis meses.
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