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El Banco de España, en el documento 'Comportamiento cíclico de las entradas y salidas de inmigrantes' que incluye el informe mensual de mayo, cuantifica el efecto de la crisis en la llegada y la salida de extranjeros. La coyuntura española ha sido clave en el cambio de tendencia del último año, pero no el único motivo que ha hecho variar los flujos migratorios.
La inmigración ha supuesto la gran revolución demográfica de la última década. En quince años, los extranjeros han pasado de representar el 1% de la sociedad española al 12,2% (con datos de principios de 2010). Pero si en 2007 su llegada alcanzaba las 75.000 personas al mes, este año se ha aproximado a niveles cercanos a cero. Con estos datos, el Banco de España ha querido poner cifra a los motivos del recorte.
Según sus cálculos (a partir de datos de entradas y salidas entre 1980 y 2004), la coyuntura económica del país de destino tiene evidentemente la clave. En concreto, estima que por cada punto porcentual adicional de crecimiento económico en el país de llegada, la inmigración recibida aumenta más de un 10%. "Esto sugeriría que, una vez se ha tomado la decisión de emigrar, la elección del país concreto de destino está estrechamente relacionada con el crecimiento económico de los potenciales países de acogida", afirma el organismo. Eso sí, matiza, el peso es mucho mayor para migraciones temporales que para las permanentes.
Pero hay más elementos que resultan importantes. ¿Por ejemplo? Las diferencias entre el PIB per cápita entre el país de origen y el de destino, el tamaño de la comunidad inmigrante en el país de acogida...
Teniendo en cuenta estos aspectos, el organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez señala que si España hubiera registrado en el periodo analizado (1998-2004) un comportamiento más moderado, en línea con los países de la OCDE, "la entrada de inmigrantes hubiera sido un 14% inferior a lo largo del período considerado, esto es, unos 461.000 inmigrantes menos". Según el Banco de España, no sólo hubiera pesado el efecto de un PIB menos dinámico, también el hecho de que hubiera menos inmigrantes (menos efecto llamada de unos a otros).
¿Dónde está la puerta de salida?
Claro que la crisis no sólo ha paralizado la entrada de inmigrantes, también ha servido de impulso para la salida. "Sin embargo, en este caso, el efecto del ciclo económico en el porcentaje de inmigrantes que finalmente abandonan el país de destino al cabo de un tiempo de residencia es menos claro", asevera el informe.
Por un lado, la escasez de registros sistemáticos de salidas de extranjeros (normalmente no se dan de baja del padrón) impide un análisis certero sobre la magnitud de los retornos o cambios de destino. De acuerdo con sus cálculos, la tasa de salida media (en los primeros años de estancia) sería del 18%. Eso sí la brecha entre unos países de origen y otros es muy grande: mientras los inmigrantes provenientes de Norteamérica alcanzan en 37%, los de Ecuador, Bolivia y Perú, se sitúan en el 12%.
Así, el Banco de España señala que "se observa que los inmigrantes procedentes de los países más ricos son los que experimentan mayores salidas". Pero también "se observa que los inmigrantes que se localizan en las provincias españolas con menor PIB per cápita muestran una mayor tasa de salida, lo que podría estar motivado por el peso que la agricultura presenta en estas provincias, de forma que los inmigrantes temporales dedicados a este sector estarían sobrerrepresentados". Además, se aprecia una cierta sensibilidad de la tasa de salida al ciclo económico de origen.
Pese a todo esto, según indica, el factor más relevante el nivel de llegada de extranjeros del año anterior (las salidas se producen en mayor medida al poco tiempo de llegar). "De acuerdo con estos resultados, se esperaría por tanto que en 2010 las salidas continuaran reduciéndose, ya que las entradas de 2008 y 2009 presentaron caídas significativas respecto a años anteriores", concluye.
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