epa -
Cuatro de cada diez inmigrantes que trabajan en España lo hacen en la agricultura o en la pesca, según un informe que pone de manifiesto, además, que "siguen copando los puestos que desestiman los españoles".
Su presencia en ambos sectores es de tal importancia numérica que representan prácticamente la mitad de los contratados, sobre todo en puestos como peones y lejos de los que exigen una mayor cualificación.
El informe, elaborado por la empresa de trabajo temporal Randstad, advierte de que "a pesar de que la crisis y el aumento del paro han provocado una reducción en la oferta laboral, todavía son muchos los trabajadores (españoles) que seleccionan las oportunidades laborales que más les interesan".
"Con menos oportunidades y opciones a la hora de acceder a un empleo", los inmigrantes "continúan adscritos -insiste el informe- a aquellos sectores y puestos que no eligen los españoles".
Una situación que no es nueva pues incluso en los años de crecimiento económico, el colectivo de extranjeros "estuvo relegado a puestos de menor cualificación", al amparo de aquellos sectores con una mayor oferta de mano de obra, como fueron la construcción y la industria.
La inserción laboral de los inmigrantes se da en sectores "muy específicos", sobre todo en la agricultura, la pesca, la minería, la industria manufacturera, la hostelería y el comercio, en puestos "donde apenas es necesaria la formación".
Además del 38% que trabaja en la agricultura o la pesca, un 15% lo hace en la industria manufacturera, un 13,75% en la hostelería y un 11,55% en trabajos de limpieza.
El informe de Randstad recalca que mientras un 21,72% de españoles se emplea en puestos cualificados, sólo lo consigue un 5,06% de extranjeros.
La diferencia es todavía más amplia si se comparan los porcentajes de españoles y extranjeros que ocupan puestos de responsabilidad o de dirección en las administraciones públicas, las empresas o que trabajan como profesionales y técnicos. Un 23,01% frente a un 4,01%.
Los españoles, destaca el informe, "siguen ocupando mayoritariamente puestos de alta cualificación" y sólo aproximadamente uno de cada tres contratados tienen empleos de baja cualificación, como trabajos de limpieza, de peón en la agricultura, la pesca, o en la construcción.
"A pesar de la introducción masiva del trabajador inmigrante en el mercado laboral español, todavía existe una gran diferencia entre los puestos que acogen a unos y a otros", insiste el informe, que advierte también de que "los españoles han comenzado a trabajar en puestos de menor cualificación, reduciendo aún más las posibilidades laborales de los extranjeros".
La empresa de trabajo temporal ha estudiado una por una la situación en cada comunidad autónoma, y concluye que las zonas geográficas que ofrecen más posibilidades de empleos de alta cualificación para los inmigrantes son Cataluña y Madrid, con un 27,65% y un 32%, respectivamente.
En Andalucía, pese a la reducción drástica que se ha producido en la contratación de inmigrantes, dos de cada tres contratos que se firman para este colectivo son en la agricultura y la pesca. Algo parecido ocurre en Murcia.
Asturias, con un 0,17% de contratación de inmigrantes, y La Rioja, con un 0,47%, son las dos comunidades que soportan menos inmigración en el mercado laboral. En Cantabria la inmigración es también "residual".
El norte español, asegura el informe, "ofrece menos oportunidades a los trabajadores extranjeros y, cuando lo hace, es fundamentalmente en el mundo de la industria y la minería".
Mientras que Castilla-La Mancha es una región "con un reparto homogéneo en los contratos" para extranjeros, en la Comunidad Valenciana, donde se firman el 15,48% del total registrado en España, la agricultura aglutina el 71,56% de los puestos de trabajo generados.
El informe concluye que el inmigrante que viaja a España en busca de más y mejores oportunidades laborales "no discrimina el tipo de puesto o sector con tal de estar empleado", y tiene todavía "pocas opciones fuera de las que los españoles desestiman".
Cuatro de cada diez inmigrantes que trabajan en España lo hacen en la agricultura o en la pesca, según un informe que pone de manifiesto, además, que "siguen copando los puestos que desestiman los españoles".
Su presencia en ambos sectores es de tal importancia numérica que representan prácticamente la mitad de los contratados, sobre todo en puestos como peones y lejos de los que exigen una mayor cualificación.
El informe, elaborado por la empresa de trabajo temporal Randstad, advierte de que "a pesar de que la crisis y el aumento del paro han provocado una reducción en la oferta laboral, todavía son muchos los trabajadores (españoles) que seleccionan las oportunidades laborales que más les interesan".
"Con menos oportunidades y opciones a la hora de acceder a un empleo", los inmigrantes "continúan adscritos -insiste el informe- a aquellos sectores y puestos que no eligen los españoles".
Una situación que no es nueva pues incluso en los años de crecimiento económico, el colectivo de extranjeros "estuvo relegado a puestos de menor cualificación", al amparo de aquellos sectores con una mayor oferta de mano de obra, como fueron la construcción y la industria.
La inserción laboral de los inmigrantes se da en sectores "muy específicos", sobre todo en la agricultura, la pesca, la minería, la industria manufacturera, la hostelería y el comercio, en puestos "donde apenas es necesaria la formación".
Además del 38% que trabaja en la agricultura o la pesca, un 15% lo hace en la industria manufacturera, un 13,75% en la hostelería y un 11,55% en trabajos de limpieza.
El informe de Randstad recalca que mientras un 21,72% de españoles se emplea en puestos cualificados, sólo lo consigue un 5,06% de extranjeros.
La diferencia es todavía más amplia si se comparan los porcentajes de españoles y extranjeros que ocupan puestos de responsabilidad o de dirección en las administraciones públicas, las empresas o que trabajan como profesionales y técnicos. Un 23,01% frente a un 4,01%.
Los españoles, destaca el informe, "siguen ocupando mayoritariamente puestos de alta cualificación" y sólo aproximadamente uno de cada tres contratados tienen empleos de baja cualificación, como trabajos de limpieza, de peón en la agricultura, la pesca, o en la construcción.
"A pesar de la introducción masiva del trabajador inmigrante en el mercado laboral español, todavía existe una gran diferencia entre los puestos que acogen a unos y a otros", insiste el informe, que advierte también de que "los españoles han comenzado a trabajar en puestos de menor cualificación, reduciendo aún más las posibilidades laborales de los extranjeros".
La empresa de trabajo temporal ha estudiado una por una la situación en cada comunidad autónoma, y concluye que las zonas geográficas que ofrecen más posibilidades de empleos de alta cualificación para los inmigrantes son Cataluña y Madrid, con un 27,65% y un 32%, respectivamente.
En Andalucía, pese a la reducción drástica que se ha producido en la contratación de inmigrantes, dos de cada tres contratos que se firman para este colectivo son en la agricultura y la pesca. Algo parecido ocurre en Murcia.
Asturias, con un 0,17% de contratación de inmigrantes, y La Rioja, con un 0,47%, son las dos comunidades que soportan menos inmigración en el mercado laboral. En Cantabria la inmigración es también "residual".
El norte español, asegura el informe, "ofrece menos oportunidades a los trabajadores extranjeros y, cuando lo hace, es fundamentalmente en el mundo de la industria y la minería".
Mientras que Castilla-La Mancha es una región "con un reparto homogéneo en los contratos" para extranjeros, en la Comunidad Valenciana, donde se firman el 15,48% del total registrado en España, la agricultura aglutina el 71,56% de los puestos de trabajo generados.
El informe concluye que el inmigrante que viaja a España en busca de más y mejores oportunidades laborales "no discrimina el tipo de puesto o sector con tal de estar empleado", y tiene todavía "pocas opciones fuera de las que los españoles desestiman".
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