. El Comercio
El Observatorio Permanente de la Inmigración en Asturias (Odina) presentó ayer en la sede de la Federación de Asociaciones de Vecinos de la Zona Urbana (FAV) una campaña destinada a generar espacios de encuentro con inmigrantes y personas en riesgo de exclusión social en el marco de los colectivos vecinales. Para ello, varios ponentes trasladaron las experiencias de otras ciudades en participación comunitaria. Abdelasiz Ouididi (Marrakech, 1966) se encargó de exponer el programa 'Barrios Plurales' del barrio de La Macarena, en Sevilla, con el que se ha logrado la integración de la población inmigrante y la participación de todos los vecinos en la mejora del barrio.
-¿En qué consiste el programa?
-Es un plan piloto de un año de duración, que consta de una serie de actuaciones en cinco ámbitos: ocio, salud, comunitario, laboral y jurídico. Con esto pretendemos hacer partícipes a los vecinos en la mejora del barrio y el reconocimiento de todas las culturas. Queremos que la diversidad se vea como una forma de enriquecimiento del barrio.
-¿Cómo lo han acogido las diferentes comunidades?
-Toda la población ya es consciente de que unos y otros se necesitan para el cambio y la transformación del barrio. Todas las actividades se han orientado a generar este espacio de diálogo e intercambio cultural entre las personas. Asimismo, todos los recursos y servicios van orientados a toda la población y no únicamente a un sector.
-¿Cómo se puede fomentar la participación desde las asociaciones?
-Desde varias perspectivas. Primero hay que informar, formar y capacitar a la población para la participación y crear nuevas inquietudes. Por ejemplo, la inmigración es un factor muy interesante, ya que viene a regenerar los barrios y da nuevas oportunidades de aprendizaje.
-¿Es imprescindible un estímulo externo, como la inmigración?
-No necesariamente. Hay que crear un lazo entre los vecinos que va en la mejora del bien común. No obstante, el elemento externo viene a enriquecer y a nutrir la participación y a hacerla más visible a nivel de enriquecimiento social.
«Abrir nuevas inquietudes»
-¿Cómo se puede lograr una mayor participación en las asociaciones, sobre todo de los jóvenes?
-No sólo debemos trabajar en los conflictos, sino abrir nuevas inquietudes y ámbitos de participación dentro de las asociaciones, como aspectos ligados a la cultura y al ocio. Tenemos que saber qué quieren los jóvenes. Si solamente dedicamos la participación a resolver conflictos, los jóvenes se verán fuera de las asociaciones.
-¿Cómo valora la situación actual del movimiento asociativo?
-Hay una transformación de la sociedad, que debe ser acompañada por la participación ciudadana. Así, el movimiento asociativo debe adecuar y acompañar su participación a las nuevas necesidades. Tenemos que abrir más áreas de trabajo y de participación en las que los vecinos se sientan más identificados.
-¿Cuál es el reto para esta década?
-Tenemos que darnos cuenta de que los barrios ya no tienen una sola identidad. La identidad no es estática, sino que la componen varias identificaciones. Nuestros barrios están hoy compuestos por otras personas que pueden aportar nuevos elementos, que forman la nueva identidad del barrio y de las asociaciones.
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