“No es que necesitemos que venga el número adecuado de gente, es que necesitamos también que venga solo la gente adecuada”. Es la postura que defiende Damian Green, el ministro de inmigración británico, en un discurso que, según publica hoy The Guardian, apuesta por una política mucho más restrictiva de inmigración por la cual solo determinados tipos de inmigrantes sean admitidos en el país.
Green plantea un mínimo de entre 37.000 y 60.000 euros anuales de ingresos - el sueldo medio británico, uno de los más altos de Europa, es de 46.000 es de 34,854 - para los inmigrantes que quieran seguir teniendo derecho a quedarse permanentemente en el país tras cinco años de residencia. Es decir, pueden entrar y trabajar pero si en cinco años no han llegado a ese mínimo, tendrán que salir. El sueño británico.
A los maridos, esposas o prometidos que no hablen inglés y tengan probabilidad de acabar siendo dependientes de los sistemas sociales se les prohibirá la entrada en el país. ”Traer gente que no puede jugar ningún papel en la vida de este país es inaceptable”, dice el discurso que el ministro tiene previsto pronunciar hoy ante un foro de pensamiento en política exterior.
Reino Unido: solo los inmigrantes que ganen más de 37.000€ podrán quedarse
“No es que necesitemos que venga el número adecuado de gente, es que necesitamos también que venga solo la gente adecuada”. Es la postura que defiende Damian Green, el ministro de inmigración británico, en un discurso que, según publica hoy The Guardian, apuesta por una política mucho más restrictiva de inmigración por la cual solo determinados tipos de inmigrantes sean admitidos en el país.
Green plantea un mínimo de entre 37.000 y 60.000 euros anuales de ingresos - el sueldo medio británico, uno de los más altos de Europa, es de 46.000 es de 34,854 - para los inmigrantes que quieran seguir teniendo derecho a quedarse permanentemente en el país tras cinco años de residencia. Es decir, pueden entrar y trabajar pero si en cinco años no han llegado a ese mínimo, tendrán que salir. El sueño británico.
A los maridos, esposas o prometidos que no hablen inglés y tengan probabilidad de acabar siendo dependientes de los sistemas sociales se les prohibirá la entrada en el país. ”Traer gente que no puede jugar ningún papel en la vida de este país es inaceptable”, dice el discurso que el ministro tiene previsto pronunciar hoy ante un foro de pensamiento en política exterior.
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