El ajuste presupuestario para contener el déficit no se detiene. También afecta las pensiones de viudedad. En concreto, a las mejoras previstas en la última ley de reforma de las pensiones, que preveía elevar hasta el 60% la cuantía de la base reguladora para beneficiarios con 65 años o más. Una disposición adicional incluida en el proyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para 2012 establece, sin embargo, que “se aplaza” la aplicación de lo establecido en la ley 27/2011, aunque sin fijar un nuevo calendario de aplicación.
La citada ley obligaba al Gobierno a “adoptar las medidas reglamentarias oportunas” para que la cuantía de las pensiones de viudedad no fuera inferior al 60% de la base reguladora en determinados supuestos: que el beneficiario tuviera una edad no inferior a 65 años, que no se compatibilizara el derecho con la percepción de otra pensión pública o que no tuviera ingresos adicionales por la realización de trabajos por cuenta ajena.
Debido al coste de esta mejora, la ley establece un plazo de ejecución de ocho años (de forma progresiva) contando “a partir del 1 de enero de 2012”. Ese es el calendario que el Gobierno ha decidido aplazar ‘sine die’. El argumento que se da es que, de esta manera, se garantiza la sostenibilidad del sistema de pensiones, seriamente dañado por los problemas derivados de la caída del empleo. Las previsiones oficiales hablan de que este año se perderán más de 600.000 puestos de trabajo.
La medida afecta a un número importante de pensionistas. Los últimos datos de la Seguridad Social muestran la existencia de 2,3 millones de pensiones de viudedad, prácticamente una de cada cuatro pensiones del sistema, con unos ingresos medios de 600,03 euros mensuales. Tan sólo en el régimen general -el más extendido- el número de beneficiarios asciende a 1,64 millones, aunque con unos ingresos algo más elevados: 641,74 euros mensuales.
En todo caso, se trata de pensiones que se sitúan por debajo de la media, y de ahí que en la última reforma de las pensiones se decidiera eleva su cuantía. Tan sólo dentro del régimen general, el número de pensiones de viudedad asciende a 1,29 millones, lo que da idea de la transcendencia económica y social de la medida.
Un 15% de mejora
Antes de la reforma, la cuantía de las pensiones se calculaba sobre el 52% de la base reguladora -la cantidad por la que se cotiza-, porcentaje que anteriormente se situaba en el 45%, y que fue elevada en la segunda mitad de los años 90 en tiempos del primer Gobierno del Partido Popular. La última mejora fue pactada mediante una enmienda transaccional presentada por el Grupo Socialista y los nacionalistas de CiU.
La medida es importante para muchas viudas (uno de cada quince perceptores son hombres). Hoy, en el caso de que el cónyuge fallecido hubiera cotizado por 1.000 euros, al beneficiario le quedaría una pensión de 520 euros (el 52% de esa base). En 2020, cuando se hubiera alcanzado el 60%, esa mejora hubiera supuesto percibir 600 euros. Es decir, alrededor de un 15% más.
Fuente: - elConfidencial.com
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