Seis religiosas y una abogada atienden y asesoran legalmente a mil inmigrantes en Las Palmas
Las religiosas Clara Rodríguez y Manuela Martín, de pie, entre los inmigrantes Lalla Habiba, Aicha Bhabichi, Fátima Charae, Mohamed Chighaly, Sacira Auorache y Bouchra Bel Houci en el centro Sagrado Corazón de Balos.
El centro Sagrado Corazón de Balos (Las Palmas) atiende a más de mil inmigrantes al año, desde la acogida hasta el asesoramiento jurídico, pasando por la enseñanza de español y alemán. Seis religiosas y una abogada progre, que es la única remunerada, prestan diferentes servicios a africanos (el 90%), europeos y asiáticos en la calle Mallorca, 59, de Vecindario. “Tras cerrarse Sur Acoge en junio de 2010, asumimos la atención a los inmigrantes en octubre del mismo año”, expresaron Manuela Martín y Clara Rodríguez Izquierdo.
Las religiosas del Sagrado Corazón cedieron sus locales a Sur Acoge durante los 10 años que estuvieron en Balos acogiendo, enseñando idiomas y asesorando social y jurídicamente a los inmigrantes. “Tras la desaparición de Sur Acoge vimos la necesidad de seguir con la acogida, atención y escucha de los inmigrantes con el objetivo de ayudarles dentro de nuestras posibilidades y crear una gran familia”, apuntó Manuela Martín.
“Los inmigrantes viven una soledad muy grande y nosotros ofrecemos un espacio de encuentro y socialización, siendo el único centro de atención a inmigrantes”, agregó Clara Rodríguez. El retorno de los inmigrantes latinoamericanos por la crisis no ha supuesto menos atención del nuevo centro del Sagrado Corazón. “Más bien ha aumentado la demanda de atenciones, ya que antes muchos iban a Las Palmas Acoge y ahora, al no existir, vienen a Balos”, indicaron.
No solo eso, sino que las reagrupaciones familiares han hecho que se hayan incrementado las atenciones del centro a inmigrantes que viven en el Sur y Sureste. La abogada asesora a casi un centenar de personas al mes, y otras 137 participan en las clases de español y alemán, contando con la colaboración de Radio Ecca.
Situación de emergencia
Para Manuela Martín, “el problema más importante es la retirada de la cartilla sanitaria que lleva a muchos inmigrantes a vivir en situación de desamparo. Intentamos buscar ayuda en particulares para resolver situaciones de emergencia. Esto es injusto”. “Educar también es un acto de justicia, por eso mantenemos el centro, porque además la atención a los inmigrantes nos da realismo”, añade Clara Rodríguez.
El centro Sagrado Corazón también cuenta con la colaboración de Cáritas, donde atienden a 600 personas al año, el 70% inmigrantes y el resto españoles, según señaló la también responsable de la parroquia de Balos, Manuela Martín.
Por su parte, los inmigrantes muestran su satisfacción por la atención que reciben. El mauritano Mohamed Chighaly afirmó que está “feliz con mis compañeros y mis profesores. Vivimos como en familia”. Para Sacira Auorache, “el centro está muy bien y estoy muy contenta. La gente es muy amable”. De la misma opinión son la marroquí Bouchra Bel Houci y la saharaui Fátima Charae, la cual confía que en “el Sáhara sea algún día independiente”. Aicha Bharbich y Lalla Habiba también mostraron su satisfacción por los servicios que reciben de las monjas y la abogada.
En el centro las otras religiosas del Sagrado Corazón que colaboran son Amelia Calvo, Teresa Mailly y Mariola Vera, que ejerce de trabajadora social, y la javeriana Susana Hidalgo. Asimismo, en estos dos años y medio han contado con las aportaciones de la religiosas Carmen Ugarte y Julia Montero
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