Me iría demasiado a España

Fernando Saldivia Najul

Muchos venezolanos de la llamada clase media crecieron escuchando en las fiestas un paso doble que nos recuerda en su letra que: «España es la mejor». La versión del tema «Y viva España» de la orquesta Billo's Caracas Boys era impelable en una fiesta de quince años o en una de matrimonio. Machacaron tanto esta musiquita que terminó alimentando el sueño español. Pero lo que no dice la letra de la canción es que España es uno de los países más racistas y xenófobos del mundo. A pesar de esta triste realidad, muchos venezolanos se fueron huyendo de las políticas de inclusión del Gobierno Bolivariano, porque temían perder sus privilegios, sin saber que en España les esperaban múltiples formas de discriminación, pero esta vez hacia ellos.

En España no solo se discrimina a los inmigrantes sino también a los hijos de inmigrantes nacidos en España. Hijos de inmigrantes que, por haber pasado en España toda su vida, les duele mucho más la exclusión social y la discriminación que lo que les duele a sus padres. También se rechaza a los emigrados retornados y a sus descendientes nacidos en Venezuela, que como a todos los sudamericanos, y latinoamericanos en general, los llaman despectivamente sudacas. Tanto a los retornados como a sus descendientes los tratan como extranjeros. Además hay un resentimiento especial hacia los emigrados retornados porque piensan que ellos abandonaron España mientras que otros se quedaron batallando y trabajando para hacer una España mejor.

Por supuesto que no toda la población española rechaza al inmigrante. Pero tampoco son pocos, más bien diría que son muchísimos. Según un sondeo difundido por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), de noviembre de 2011, titulado Actitudes hacia la inmigración, el 38,3% de la población española considera que la inmigración es negativa para el país. El 61,7% opina que los inmigrantes quitan puestos de trabajo a los españoles. Y hay un dato curioso. El 62,7% cree que los inmigrantes reciben del Estado más de lo que aportan. [1] Sin embargo, la realidad es muy distinta. Según señala un informe de la Oficina Económica del Presidente, en 2006, la población extranjera recibe del Estado menos de lo que aporta.[2] Lamentablemente, casi nadie conoce esta realidad, y la falsa percepción hace que aumenten los juicios negativos hacia el inmigrante.

En esta dura batalla los políticos de derecha tienen el encargo de alimentar el odio con discursos xenófobos. Los medios de comunicación también hacen su parte con la propagación de prejuicios raciales y estereotipos negativos. Un informe publicado por la Universidad de Salamanca señaló que durante 2006 el 70% de las noticias tratadas por los medios de información españoles sobre los inmigrantes fueron «negativas».[3] Es así como políticos y medios de comunicación trabajan juntos para hacer de la inmigración un chivo expiatorio frente a la crisis económica. El fin no es otro que dividir a la clase trabajadora en trabajadores nativos y trabajadores extranjeros para evitar que se enfrenten unidos como una sola fuerza contra las medidas económicas que favorecen a la burguesía.

Los venezolanos sienten el rechazo apenas llegan al aeropuerto de Barajas. Los españoles no perdonan el acento de los latinoamericanos. Muchos de los venezolanos incluso hacen un esfuerzo para hablar con la Z para ser más aceptados. Estudian a través de la televisión las costumbres de la población nativa para relacionarse mejor e integrarse. También es notable la competencia entre venezolanos para ascender en una sociedad donde se es rechazado. De hecho, hay venezolanos descendientes de españoles que evitan relacionarse con sus compatriotas mestizos con el vil propósito de suavizar su imagen frente al español nativo. Esto es muy duro.

Como podemos ver, el venezolano no la tiene fácil. Hasta ellos mismos se perjudican. Hay inmigrantes venezolanos que se le pasan hablando pestes de su país, sin darse cuenta que esta mala propaganda que le hacen a Venezuela los perjudica a ellos mismos y a toda la colonia de venezolanos. Aquí pagan justos por pecadores. Pues, sin querer, le están diciendo al español que ellos crecieron y se formaron en una sociedad «inferior» a la española, y por tanto, los venezolanos son inferiores a los españoles, y España es la mejor. Qué vaina, estamos jodidos.

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[1] Actitudes hacia la inmigración (V). Estudio nº 2.918, Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), noviembre 2011.

[2] Inmigración y economía española: 1996-2006. Oficina Económica del Presidente, Madrid, 15 de noviembre de 2006. Miguel Sebastián, Director Oficina Económica del Presidente del Gobierno. (Ver también Informe Anual 2012, Sobre el racismo en el Estado español. Federación de Asociaciones de SOS Racismo)

[3] Informe Anual 2007, Sobre el racismo en el Estado español. Federación de Asociaciones de SOS Racismo.

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