El sistema europeo de vigilancia de fronteras Eurosur, con el que la Unión Europea espera ayudar a evitar tragedias como la de Lampedusa, comienza a estar operativo este lunes en 18 países europeos, entre ellos España. La Comisión Europea confía que Eurosur "ayude a aclarar responsabilidades en el control de fronteras", incluido el salvamento de buques de inmigrantes que intentan llegar a las costas de la UE. A pesar de que había sido debatido, el uso de 'drones' -como también propuso posteriormente el partido socialista español como alternativa a las cuchillas en la valla de Melilla- ha sido descartado por el momento al no estar autorizado en el espacio civil aéreo europeo.
Según definenden desde la UE, el sistema tiene dos objetivos iniciales. Por un lado, busca contribuir a salvar vidas de inmigrantes que intentan llegar a las costas europeas a partir del intercambio de información en tiempo real y el refuerzo de la cooperación entre los Estados miembros para identificar, así como localizar de forma más rápida a las embarcaciones en situación de naufragio. Por otro, aspira a "detectar antes las nuevas rutas de la inmigración irregular" y mejorar la cooperación en la lucha contra el crimen organizado transfronterizo, incluido el narcotráfico, el contrabando y el tráfico humano.
El sistema Eurosur es una herramienta de coordinación entre la agencia de control de fronteras y los puestos de vigilancia nacionales en cada Estado miembro. Cuando una patrulla identifique un buque informará a su centro de coordinación nacional, que se pondrá en contacto con Frontex para que sea informada a su vez toda la red europea de centros de control. "Ahora nadie podrá decir que no ha visto un barco, que no sabe cuál es la responsabilidad de cada uno", señaló en rueda de prensa Michele Cercone, el portavoz de la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström. Así, se trata de una forma de evitar casos como el ocurrido en marzo de 2011, cuando murieron 63 personas en una patera que viajaba a la deriva, después de ser ignorados tras haber pedido socorro a buques de la OTAN, según denuncian los testigos con documentos que lo acreditan.
"Si las autoridades nacionales identifican una situación donde no son capaces de abordar o piensan que no pueden o para intervenir a tiempo, pueden pedir la cooperación a otros Estados miembros o en el marco de Frontex. Este es el valor del sistema", ha explicado, dejando claro que son los países los responsables de determinar qué medios despliegan y dónde.
Los Estados miembros deberán informarse entre ellos y a Frontex de incidentes que ocurran en sus fronteras terrestres o marítimas externas como la detección de una embarcación en alta mar, así como la situación de sus patrullas o activos militares desplegados en la zona, a través de los centros de coordinación nacionales a fin de garantizar que todos los países cuentan con la información necesaria para actuar con mayor rapidez y facilitar la coordinación de sus actividades.
Sus datos serán posteriormente centralizados por Frontex, que facilitará una imagen de situación a nivel europeo para facilitar precisamente las tareas de cooperación y coordinación, especialmente entre países vecinos, por ejemplo entre España y Portugal.
No se usarán drones en Europa
Cercone ha dejado claro que el sistema no utilizará sistemas aéreos no tripulados o 'drones' para la vigilancia de embarcaciones o puntos de entrada de la inmigración irregular porque no están autorizados en el espacio civil aéreo europeo por lo que "no tiene sentido" su uso por el momento.
Además, para reforzar el control y protección, las fronteras terrestres y marítimas externas de los Estados miembros han sido divididas en secciones, dependiendo de su riesgo y tráfico, alto, medio o elevado. Ello permitirá identificar "los puntos calientes" en las fronteras externas y facilitar la reacción a nivel nacional y, si necesario, europeo también.
La principal novedad de estos centros de coordinación nacionales, que constituyen la espina dorsal del sistema, es que por primera vez los distintos cuerpos en los Estados miembros que tienen responsabilidad en el control de fronteras -guardacostas, agentes de aduanas, Armada y Policía-- trabajarán de forma conjunta desde un mismo punto.
España ya está dentro del sistema
El sistema comenzará a funcionar en España, Italia, Malta, Francia, Bulgaria, Croacia, Chipre, Estonia, Finlandia, Grecia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Portugal, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia, además de Noruega, que no forma parte de la UE, desde este lunes dado que sus centros ya están conectados con Frontex y que han sido identificados como los países sometidos a una mayor presión migratoria.
Por su parte, Austria, Bélgica, República Checa, Dinamarca, Alemania, Luxemburgo, Países Bajos y Suecia, así como Islandia, Liechtenstein y Suiza, se sumarán al sistema a partir del 1 de diciembre de 2014. Reino Unido e Irlanda podrán cooperar de forma regional aunque no forman parte de EUROSUR como tal, dado que tampoco forman parte del espacio sin fronteras europeo Schengen.
La Comisión Europea ha cofinanciado hasta el 75% los centros de coordinación nacionales para la puesta en marcha del sistema, cuyo coste final será menor a los 244 millones de euros previstos para su funcionamiento y mantenimiento entre 2014 y 2020, según fuentes comunitarias.
La idea fundamental detrás del nuevo sistema es mejorar la capacidad analítica de la situación y mejorar la capacidad de reacción y respuesta, facilitando el despliegue de medios necesarios de forma más rápida in situ y reforzar la cooperación entre los países, que siguen siendo los responsables en última instancia de desplegar buques, aviones u otros medios.
La normativa que regula EUROSUR deja claro que los Estados miembros y Frontex deberán respetar los derechos fundamentales y el principio de no devolución de los inmigrantes a su país de origen. Además, deberán dar prioridad a los menores no acompañados y las personas en necesidad de asistencia médica urgente.
elDiario.es
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