Nada parece frenar el flujo de inmigrantes que llega a España. Los últimos datos a 31 de marzo hechos públicos por el Ministerio de Trabajo revelan que en los últimos doce meses recibieron su tarjeta de residencia casi un millón de extranjeros (956.092 personas), lo que supone un incremento del 29,5% respecto al mismo periodo del año anterior.
Es más, sólo en el primer trimestre del año, cuando el empeoramiento de la situación económica -sobre todo del sector de la construcción- era ya más que evidente, se produjeron 213.821 nuevos registros, un 5,3% anual más. La cifra global de extranjeros con tarjeta de residencia en vigor alcanza ya los 4.192.835 millones.
En los tres primeros meses del año, los rumanos han sido los que más han aumentado en presencia. Obtuvieron su tarjeta de residencia 60.991 más que en diciembre de 2007, un aumento trimestral del 10,1%, lo que sitúa el contingente total en 664.880. En los últimos doce meses su presencia crece nada menos que un 150,9%. De mantenerse esta evolución, podrían superar en breve a los marroquíes, que tradicionalmente han liderado a los extranjeros por nacionalidades. En el primer trimestre del ejercicio recibieron permiso de residencia 27.171 marroquíes, un alza de apenas el 4,1%, que deja el número total en 675.906.
Tras los rumanos, los mayores incrementos porcentuales han correspondido en el último trimestre a bolivianos y portugueses (ambos con el 7,6%). No obstante, los ecuatorianos siguen siendo los terceros en guarismos totales –alcanzan los 413.642-, seguidos por colombianos y británicos. Llama la atención, la evolución en los últimos doce meses de las entradas de búlgaros, con un alza del 84,8%. Su presencia total llega a los 136.504
Concentración en Cataluña, Madrid y Valencia
La causa que mejor explica la imparable intensidad de la inmigración es el reagrupamiento familiar, con la consiguiente presión que genera sobre el gasto en ámbitos como educación o sanidad. De este modo, del 46,81% del total de certificados de registro o tarjetas de residencia en vigor corresponde a aquellos pertenecientes a un ciudadano comunitario o familiar. El 21,5% afecta a autorizaciones de trabajo por cuenta ajena y el 20,43% es de tipo permanente, lo que permite trabajar y residir en las mismas condiciones que los españoles. Un 10,83% constituye residencia no lucrativa y no da derecho a trabajar.
Por comunidades autónomas, la residencia se concentra en Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana, que agrupan al 65,5% de los extranjeros con tarjeta en vigor; es más, sólo Madrid y Barcelona reúnen al 32,7%. Las autonomías con mayor porcentaje de extranjeros con autorización de trabajo son Madrid, Murcia, Cantabria y País Vasco, superando el 25% en todos los casos. La media de edad es de 33,2 años, siendo los marroquíes los que arrojan una media más joven, con apenas 27,5 años. [el confidencial]
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