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La igualdad de oportunidades, basada en el reconocimiento de la experiencia y la capacitación en sus países de origen, es el principal reto para los inmigrantes cualificados que residen en España, según explicaron cuatro profesionales latinoamericanos en Madrid.
Sus impresiones y las barreras que superaron para establecerse en España centraron la jornada "Circulación y movilidad profesional de migrantes", organizada por la Asociación por la Integración de Profesionales Inmigrantes (INPROIN) en colaboración con la Secretaría General Iberoamericana (Segib) y la Comunidad de Madrid.
En la sede de la Segib, Leticia Chamorro, administradora de empresas de Ecuador; Nélida Molina, filóloga chilena; Myriam Narvarte, psicóloga de Perú, y el venezolano Eduardo Noda, periodista, coincidieron en afirmar que la suya ha sido una historia de "reinvención y diversificación".
Noda, hijo de inmigrantes canarios que llegó a España en 2002, aseguró que los últimos ocho años han sido para él un proceso de "cambio y transformación, de adaptación y supervivencia".
"Cuando llegué a este país tuve que mantener dos currículum, uno para alimentar mi cuerpo, y otro para mi alma. Pasé por radios latinoamericanas, televisión, que puso fin a mi trabajo paralelo, y finalmente terminé en mi actual tarea, la institucional", señaló.
Ejercer su profesión en ONG e instituciones humanitarias, lo que ellos denominan el "tercer sector", es, en la mayoría de los casos, si no la única, la mejor alternativa.
En ese sentido, la chilena Nélida Molina explicó que a ese tipo de organizaciones los inmigrantes cualificados "aportamos una buena perspectiva de lo que va a venir, que procede de nuestra propia experiencia, porque nosotros ya hemos pasado por las crisis que ahora se están viviendo aquí".
"La inmigración es un fenómeno personal, social y colectivo -dijo-, porque afecta también a la sociedad que nos recibe. Pero ahora mismo mi realidad profesional es la misma que la de mis compañeros españoles. Me siento igual que ellos".
En la misma línea, la peruana Myriam Navarte indicó que "nunca" se ha sentido "muy diferente" a los españoles y que, en general, "tampoco me he sentido inmigrante", aunque aseguró que su máximo objetivo es poder ejercer en España como psicóloga, pero en el campo de la drogadicción.
"En ese terreno tengo 12 años de experiencia en mi país que todavía no se me reconocen aquí porque es necesario tener la titulación de Psicología Clínica. Pero, en general, mi experiencia profesional es enriquecedora porque me he podido diversificar y aprender", dijo.
Elsa Saleme, presidenta de INPROIN, subrayó el entorno de crisis en el que se desarrolló la jornada, "algo que afecta a todos, pero que es más compleja para las personas que están pasando por un momento migratorio".
Recordó que la llegada de profesionales de otros países supone para España "una circulación de talentos", y destacó la importancia de homologar los títulos para conseguir un empleo.
"Estamos hablando de un proceso sinérgico con dos movimientos, uno social y otro individual. El resultado es el desarrollo de una nueva cultura profesional a la que contribuye el inmigrante", concluyó.
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