El líder del PSOE tenía puestas sus expectativas en el éxito de la huelga general. Al margen de las manipuladas cifras de los sindicatos, el seguimiento ha sido un fracaso. Salvo las empresas donde los piquetes violentos han impedido que los trabajadores acudieran a sus puestos, las siliconas en las puertas de los Bancos, y a pesar de las algaradas que han terminado provocando los radicales, el balance final ha supuesto un varapalo para los sindicatos y para los socialistas, que pretendían erosionar al Gobierno.
Pero resulta que el Gobierno ha salido fortalecido. Y los sindicatos y los socialistas se han quedado en evidencia. Porque los españoles son conscientes que esta huelga general sólo podía deteriorar aún más la economía española. Y por eso el apoyo ha sido paupérrimo.
Sin duda, que esto no es más que le principio. Los sindicatos y los socialistas van a mantener su alianza perversa para erosionar al Gobierno y para intentar que fracasen sus medidas económicas. Van a salir a la calle con cualquier pretexto y enarbolar pancartas insultantes cada dos por tres.
Pero hoy Rubalcaba está desolado, según fuentes del propio partido socialista. Le ha salido el tiro por la culata. Y Rajoy ha vuelto a doblarle el pulso. Pero ya se sabe que Rubalcaba no se rinde. Y, mientras siga al frente del PSOE hará todo lo posible para atacar a Rajoy y a su Gobierno. Porque nunca va a digerir la humillante derrota que sufrió en las urnas.
Fuente:El Imparcial
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