Lejos de lecturas triunfalistas y 'brotes verdes', la pobreza "se cronifica y profundiza" en Jerez, según dijo ayer el director de Cáritas, Francisco Domouso, en un avance de lo que reflejará la memoria correspondiente a 2012 de esta institución, que se presentará en los próximos días. Coincidiendo con la celebración este domingo del Día de la Caridad, el mensaje de la institución no puede ser más claro: 'Vivir con sencillez, para que otros sencillamente puedan vivir'.
El Obispado acogió ayer la presentación del cartel del Día de la Caridad, y en el transcurso del acto el obispo José Mazuelos valoró el esfuerzo que se hace desde la Iglesia para atender a los más desfavorecidos, admitió que se ha producido un incremento de los donativos, pero a la vez advirtió, al hilo del recorte en las subvenciones que se está produciendo, que "la Iglesia no puede suplir al Estado". Mazuelos señaló que a lo mejor no se está gastando el dinero público de la forma más adecuada, y agregó que aunque la Iglesia no es la que tiene que decir en qué se gasta, sí manifestó que en tiempos de crisis los recortes no pueden afectar a los más desfavorecidos. En la misma línea Domouso dijo que "Cáritas está haciendo lo que puede, pero lo nuestro es una opción, la obligación es de otros". El director de la institución en Jerez instó a "cambiar el estilo de vida, a adoptar valores de sobriedad, mesura y simplicidad voluntaria".
El Observatorio de la Realidad Social de Cáritas a nivel nacional correspondiente a 2012 pone de manifiesto la fractura social en la sociedad española. Desde Cáritas afirman que la acumulación de desventajas en más de una cuarta parte de la población española conlleva un riesgo de dualidad y de falta de cohesión social y para ello parten de un dato: en 2011 el 20% de la población con las rentas más altas concentra casi 7 veces más riqueza que el 20% más pobre, una relación que antes del inicio de la crisis era de 5,4 veces. Resalta también que el incremento de la desigualdad durante la crisis ha sido mayor en España que en el resto de la Unión Europea y ha afectado sobre todo, a la población de menos de 65 años. Esta desigualdad se confirma, según el observatorio de Cáritas, en el acceso a determinados derechos y menciona la configuración de un empleo dual entre unos puestos de trabajo más o menos estables y bien remunerados y "otros puestos de trabajo más frágiles, donde las personas entran y salen del mercado de trabajo con condiciones laborales y salariales precarias".
Otro aspecto en el que la institución de la Iglesia se muestra crítica es en "el repliegue progresivo de derechos sociales, que cumplían una función social de redistribución de la riqueza" y nombra en este sentido, los recortes en sanidad, educación y en prestaciones y servicios sociales.
La cronicidad de las situaciones de pobreza es otra de las consecuencias más relevantes derivadas de la crisis: casi un tercio de los usuarios de Cáritas lleva tres años o más recibiendo su ayuda, el 56% de las personas desempleadas son parados de larga duración, cuando en el año 2007 era el 22,7%, y la pobreza -aseguran desde Cáritas- también alcanza a los trabajadores. Los datos nacionales apuntan a que alrededor de 2,4 millones de trabajadores sufren la pobreza. A todo ello se une el desgaste después de tanto tiempo de los mecanismos de protección familiar, que han ido frenando desde el inicio de la crisis la exclusión de muchas personas y situaciones que podían haber sido aún más dramáticas.
El número de personas atendidas en los servicios de acogida y asistencia de Cáritas se ha triplicado con la crisis y una quinta parte de las personas que acudieron a la institución durante 2012 lo hacía por primera vez. "La pobreza severa alcanza ya a tres millones de españoles", lamenta el informe.
En cuanto al perfil de las personas atendidas, las parejas con hijos suponen casi la mitad (un 47%), las personas solas, el 29% y las familias monoparentales, el 19%. Según este observatorio nacional, cinco de cada diez personas acogidas en Cáritas durante el pasado año son inmigrantes, cuando en el total de la población española los inmigrantes son sólo uno de cada diez. Un tercio de los ciudadanos extracomunitarios atendidos por la institución religiosa están en la actualidad en situación de irregularidad, generalmente, sobrevenida como consecuencia de la crisis y la media de ingresos personales de los usuarios es de 3.660 euros al año.
Las ayudas más demandadas a Cáritas siguen siendo la alimentación, la vivienda y el empleo y la mayoría de las personas acogidas han recibido respuestas de alimentación, seguidas de intervenciones sobre el empleo, la vivienda y educación.
En términos de cuantía económica, las ayudas en vivienda (50%) son la inversión de ayudas directas más importante de Cáritas, principalmente destinadas al pago de suministros y alquileres, seguidas de las de alimentación (30%), porcentajes siempre referidos a nivel nacional.
El Observatorio de la Realidad Social de Cáritas a nivel nacional correspondiente a 2012 pone de manifiesto la fractura social en la sociedad española. Desde Cáritas afirman que la acumulación de desventajas en más de una cuarta parte de la población española conlleva un riesgo de dualidad y de falta de cohesión social y para ello parten de un dato: en 2011 el 20% de la población con las rentas más altas concentra casi 7 veces más riqueza que el 20% más pobre, una relación que antes del inicio de la crisis era de 5,4 veces. Resalta también que el incremento de la desigualdad durante la crisis ha sido mayor en España que en el resto de la Unión Europea y ha afectado sobre todo, a la población de menos de 65 años. Esta desigualdad se confirma, según el observatorio de Cáritas, en el acceso a determinados derechos y menciona la configuración de un empleo dual entre unos puestos de trabajo más o menos estables y bien remunerados y "otros puestos de trabajo más frágiles, donde las personas entran y salen del mercado de trabajo con condiciones laborales y salariales precarias".
Otro aspecto en el que la institución de la Iglesia se muestra crítica es en "el repliegue progresivo de derechos sociales, que cumplían una función social de redistribución de la riqueza" y nombra en este sentido, los recortes en sanidad, educación y en prestaciones y servicios sociales.
La cronicidad de las situaciones de pobreza es otra de las consecuencias más relevantes derivadas de la crisis: casi un tercio de los usuarios de Cáritas lleva tres años o más recibiendo su ayuda, el 56% de las personas desempleadas son parados de larga duración, cuando en el año 2007 era el 22,7%, y la pobreza -aseguran desde Cáritas- también alcanza a los trabajadores. Los datos nacionales apuntan a que alrededor de 2,4 millones de trabajadores sufren la pobreza. A todo ello se une el desgaste después de tanto tiempo de los mecanismos de protección familiar, que han ido frenando desde el inicio de la crisis la exclusión de muchas personas y situaciones que podían haber sido aún más dramáticas.
El número de personas atendidas en los servicios de acogida y asistencia de Cáritas se ha triplicado con la crisis y una quinta parte de las personas que acudieron a la institución durante 2012 lo hacía por primera vez. "La pobreza severa alcanza ya a tres millones de españoles", lamenta el informe.
En cuanto al perfil de las personas atendidas, las parejas con hijos suponen casi la mitad (un 47%), las personas solas, el 29% y las familias monoparentales, el 19%. Según este observatorio nacional, cinco de cada diez personas acogidas en Cáritas durante el pasado año son inmigrantes, cuando en el total de la población española los inmigrantes son sólo uno de cada diez. Un tercio de los ciudadanos extracomunitarios atendidos por la institución religiosa están en la actualidad en situación de irregularidad, generalmente, sobrevenida como consecuencia de la crisis y la media de ingresos personales de los usuarios es de 3.660 euros al año.
Las ayudas más demandadas a Cáritas siguen siendo la alimentación, la vivienda y el empleo y la mayoría de las personas acogidas han recibido respuestas de alimentación, seguidas de intervenciones sobre el empleo, la vivienda y educación.
En términos de cuantía económica, las ayudas en vivienda (50%) son la inversión de ayudas directas más importante de Cáritas, principalmente destinadas al pago de suministros y alquileres, seguidas de las de alimentación (30%), porcentajes siempre referidos a nivel nacional.
diariodejerez
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"Capitalismo y despojo".
Lecciones irlandesas a la crisis española.-
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